
El periodista Alejandro Tarruella conversó con La Señal a propósito del lanzamiento de su libro «Envar Cacho El Kadri. El guerrillero que dejó las armas», así como de la situación política argentina.
Tarruella planteó en primer lugar que El Kadri «fue un tipo con altísimos grados de responsabilidad, compromiso y claridad en cuanto a su propia actuación en una época muy difícil en el armado político. Le toco un tiempo en el que el peronismo tenía problemas muy serios, sobre todo por las divisiones que existían. Atravesó el golpe del ’55, los gobiernos de Arturo Frondizi, Arturo Illia, y luego la dictadura de Juan Carlos Onganía, durante la cual se produce en 1968 el levantamiento de Taco Ralo. También fue un dirigente singular que llegó a un punto en su carrera en la que se dedicó a otra cosa, al cine, lo cual demuestra que su preocupación no eran los cargos públicos sino cumplir con su papel en un momento histórico dado«.
El periodista señaló en diálogo con Gabriel Fernández que «El Kadri tenía una visión de liderazgo muy clara. Recordemos la polémica con Juan Domingo Perón, que le pidió que esperara para formar las Fuerzas Armadas Peronistas. La caída de Illia significó para El Kadri que se había pasado un límite establecido de común acuerdo con Perón, que lo autorizaba a tomar el camino armado. Perón en general no creía en las experiencias armadas por sí solas, y a las llamadas ‘formaciones especiales’ las concebía con una tarea precisa por un tiempo limitado. En ese sentido Cacho fue un intérprete cabal. En mi libro señalo los intentos suyos de parar la aventura guerrillera. Tomó una definición clarísima, dejó las armas porque había un proceso político en marcha, sin espacio para aquello. También hay que ver su enorme sacrificio en Taco Ralo. Fue un sencillo hecho donde no llegaron a disparar un tiro, pero sin embargo fue un episodio político que revivió al peronismo«.
Finalmente Tarruella opinó sobre las perspectivas políticas de nuestro país al sostener que «espero una victoria popular a medida que se vayan decantando las situaciones. Los medios masivos de comunicación en general tratan de colocar la pelea como si fuera una pelea permanente entre dirigentes. La unidad del peronismo viene de abajo hacia arriba. Hay un liderazgo claro de Cristina Fernández de Kirchner, de manera que todo lo demás es para armar y discutir. El régimen mismo está convencido de que su situación es precaria. Hay que tomar conciencia de que vamos a vivir una situación de cambio muy profundo. Hay que tratar de evitar el fraude, las maniobras del gobierno para intentar echar por tierra el deseo del pueblo argentino, que es que se vayan para siempre«.
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