Julián Benítez, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, conversó con Punto de partida sobre la situación del sector.
Benítez explicó en primer lugar que «hubo una caída respecto de la Navidad de 2017 en el orden del 19,8% en unidades. Pero también representó una mejora en las expectativas de cómo se venía dando la venta de juguetes en los meses previos, que estaba registrando una caída del 40% en el período septiembre-noviembre. Más allá del dato se esperaba una baja pero terminó siendo no tan pronunciada. En principio 2018 fue un mal año debido a la recesión económica que se registró en los últimos dos trimestres, que no impactó en la temporada del Día del Niño, fecha para la cual ya estaba todo entregado antes de que se produjera esta crisis«.
Luego el entrevistado brindó detalles de la producción al señalar que «el mercado está compuesto por un 50% de producción nacional y un 50% de producción extranjera. La recesión pega para todos lados, porque se han incorporado al negocio muchos importadores debido a las expectativas que se generaban para esta temporada. La industria argentina no está extenta pero tiene una ventaja comparativa, que son los precios más competitivos. Por ejemplo, el tipo de cambio hizo que los juguetes nacionales aumentasen un 35% en su precio mientras que los importados aumentaron un 100%. Asimismo no se puede decir que se haya beneficiado la industria argentina porque tiene una alta incidencia la materia prima es decir el plástico. Por lo tanto toda modificaicón del tipo de cambio a partir del precio del petróleo impacta en el sector«.
Finalmente Benítez comentó que «el análisis de todo esto es que la recesión se vive por la falta de mercado. La industria argentina no busca protección, es muy competitiva en este sector, por lo tanto hay una convivencia con los productos importados. Se complementan la oferta entre la industria nacional y extranjera. El problema es lo alto de las tazas de interés que desincentivan la producción, y con los plazos de pago que se fueron extendiendo cada vez es más difícil descontar cheques. Se hace inviable. Se entiende que es una estrategia para contener la inflación, pero no puede ir en detrimento de la producción. Tenemos un excelente diálogo con el gobierno, hay herramientas que contribuyen a defender al sector, pero el margen de acción es más acotado«.
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