Christian Rodríguez, integrante de Francia Insumisa, conversó desde París con Radio Gráfica acerca de las ola de protestas impulsado por el movimiento los ‘chaquetas amarillas’, que ha sacudido al país galo en las últimas semanas.
En comunicación con Lucas Molinari en Punto de Partida, Rodríguez explicó que el de los chalecos amarillos «es un movimiento que comienza contra el alza de la nafta a partir de una petición en la red Facebook, que en poco tiempo juntó más de un millón y medio de adhesiones. En seguida se convirtió en una oposición al plan gubernamental de subir los impuestos. El gobierno de Emmanuel Macron ha hecho una política neoliberal muy fuerte. Prácticamente todos los impuestos pasaron del bolsillo de los ricos al bolsillo de los pobres. Por ejemplo, se dejó de cobrar el impuesto a la fortuna, y ese faltante en las cajas del Estado está siendo cargada a los más exluidos, los marginales y a la clase media».
El corresponsal de Francia Insumisa agregó que «hay pocos sectores políticos y sindicales vinculados a este movimiento. No lo han etendido de qué se trata esto, al igual que los partidos tradicionales. Eso es una fortaleza de este movimiento, no tiene vínculos con las organizaciones tradicionales y que recién se está acercando a otros sectores. El gobierno trató de caracterizarlo como un movimiento de extrema derecha para aislarlo, pero rápidamente se vio que no era así. Hay cuarenta y dos puntos de acuerdo en lo que se llama la Plataforma de los Chaquetas Amarillas, que incluye un aumento del salario mínimo, un alto a los impuestos, y que los ricos vuelvan a pagar el impuesto a la fortuna. Es un movimiento bastante concreto».
Finalmente Rodríguez comentó que tras su visita a Buenos Aires «Macron llegó desesperado. Hizo pura política de espectáculo al visitar los lugares donde hubo disturbios. Fue pura gestualidad sin ningún sentido político. Lo que preocupa es que hay una testarudez del gobierno y del Estado en no entender la petición de la calle, y a no entender que ya son muchos años de acumulación de rabias y de miedos, como el miedo al futuro que es completamente incierto. En quince días se agota el sueldo, hay muchas cesantías, acaban de subir los aranceles en las universidades para los estudiantes extranjeros y eso ha movilizado a los liceos. No solo en París y alrededores, también en el campo hay chaquetas amarillas por todos lados«.
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