Polémico. El periodista e investigador Esteban Bekerman planteó un periodismo deportivo de verguenza en relación al tratamiento mediático de
En el aire de Abrí la Cancha, Bekerman desarrolló su idea: «Desde hace muchos años el periodismo deportivo ocupa el rol de coro de una dirigencia que en muchos casos es inepta. No hay del lado del periodismo, no hay voces que se alcen contra esa dirigencia. Por el contrario: las empresas periodísticas son socias de las dirigencias y la corporación deportiva. Por eso tenemos un periodismo deportivo desnaturalizado, que no cumple su rol fiscal y docente para ser vocero de corporaciones desnaturalizando el oficio«.
«Se plantea un periodismo partidario en un envase de neutralidad. El periodismo partidario tuvo la posibilidad de ser muy duro con las dirigencias correspondientes. Este periodismo, que tiende a ser neutral, trabaja con la misma lógica«, explicó Bekerman.
En diálogo con Carlos Aira, el administrador de Entre Tiempos expresó: «Hay una lógica que se reproduce: presentar a periodistas objetivos cuando en realidad estamos hablando de gente que responde a intereses determinados. Porque le pasan el sobre o se tiene acomodar a esa situación. No voy en contra del laburante como pueden ser los periodistas que trabajan en el día a día de los clubes, porque hacen lo que pueden. No pueden ir en contra de lo que les piden que hagan porque saben cuales son los límites. Porque si el que cubre Boca Juniors dice algo que molesta a Daniel Angelici lo rajan sin ningún problema. Acá el problema no son los trabajadores sino los medios, las grandes corporaciones y las patronales socias de quienes manejan el fútbol y el circo que lo circunda«.
La cultura del Aguante también se hace presente en el enfoque. Bekerman prefiere titularla Cultura Olé: «Esto comienzó en los primeros noventa con los ricos y famosos. Abordar el fútbol desde la farándula y no desde el juego. Cuando se empezó a hacer este nuevo periodismo hay nuevos hinchas, que sólo ven la cáscara que ni saben ver el fútbol. Después de tantos años de desculturización tenemos estos hinchas que se acercan al fútbol por pintarse la cara y ser el principal protagonista y en verdad no entiende nada de nada. Es el tipo de público al cual Olé, y el mercado, han apuntado»
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