
El sheij Abdul Karim Paz conversó con La Señal acerca de las relaciones entre política, cristianismo, islamismo y espiritualidad, en la Argentina y en el mundo, a propósito del lanzamiento de su libro «Los sacerdotes del Tercer Mundo y la visión islámica. Encuentros y desafíos en común».
Paz explicó sobre la investigación que realizó para su libro que «cuando acepté el Islam en 1983, recibí de un amigo peronista textos del padre Carlos Mugica. Me sorprendió ver tanta semejanza con lo que estaba aprendiendo del Islam y de lo que yo sabía del cristianismo. Esa visión profunda y de justicia social, la transformación de Mugica hacia el pueblo me quedó latente, junto con la preocupación por la Argentina, por su independencia y soberanía, y la condición espiritual que hay que tener para alcanzar ambas cosas frente a la ferocidad del imperio. Incluso diría que faltó un poco de sabiduría, espiritualidad, moral y conocimiento del amigo y del enemigo en la experiencia que se vivió en los últimos años de alcanzar la unidad continental«.
El religioso también relacionó política y espiritualidad al afirmar que «en el capitalismo y en el socialismo existe un importante componente de desarrollo individual a favor del progreso material, explotar recursos y generar riqueza. Desde una óptica cristiana o islámica, eso es un factor necesario de la sociedad, hay gente con esa vocación. El problema del capitalismo es que pone a esa gente en la cima del poder lo cual es un desfasaje y un desequilibrio. Su avidez de ganancia puede funcionar en una escala razonable como un incentivo, pero si se desregula y pierde el sentido humano se convierte en un poder en si mismo, lo cual es un defecto. Sin control el empresario se convierte en un lobo del hombre. La religión pastoril, que defiende los derechos de la gente contra los lobos, es una religión que despierta conciencias«.
Finalmente Paz opinó sobre los procesos políticos en Sudamérica al decir que «tal vez Argentina salga antes que Brasil del pozo. Más allá de lo que es la tarea propia de los que quieren una independencia frente a la visión imperial norteamericana, la tremenda e irresponsable avidez del dominio neoliberal juega a provocar una reacción de la gente. Nadie tiene la bola de cristal para saber cuándo, pero de tan destructiva no es sustentable en el mediano o incluso en el corto plazo«.
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