El 18 de junio de 1988, en el gigantesco Mineirao de Belho Horinzonte, Racing rompió una racha de desgracias y se consagró campeón de la primera edición de la Supercopa de América.
Pasaron los años y aquel equipo que nunca tuvo su homenaje en el Presidente Perón. Finalmente, en la previa triunfo de Racing sobre Vélez Sársfield, el pueblo racinguista tuvo la oportunidad de brindarle un cálido aplauso a los jugadores campeones de la Supercopa 1988.
En Abrí la Cancha charlaron con Jorge Camote Acuña, motor de aquel equipo, quién se mostró emocionado por el homenaje recibido: «Fue todo muy lindo. Emocionante. Lo pasamos excelente. Volvimos a encontrarnos quienes fuimos parte de aquel plantel, si bien algunos faltaron por temas laborales. Pero fue la enorme alegría de un reconocimiento que nosotros sentíamos postergado. El aplauso de la gente, volver a pisar el verde césped, como decía Tita Mattiussi. Fueron muchas sensaciones que tuve la suerte de compartir con la familia y en un clima de fiesta».
Luego de treinta años, Acuña le pidió a la dirigencia de Racing que no pasen otros treinta para recordar a aquel gran equipo: «Antes de entrar al Cilindro los dirigentes nos hicieron un ágape en Casa Tita. Allí estaba Víctor Blanco y en nombre de todos mis compañeros le pedí que no pasen otras tres décadas para invitarnos porque ya no vamos a estar. Lo digo con dolor: hasta el domingo pasado, sólo fuimos reconocidos por la gente. Las diferentes comisiones directivas jamás nos dieron bola. Nunca nos llamaron para ser técnicos de inferiores. Convivimos con la duda: ¿Por qué siempre ese destrato hacia nosotros?«.
Racing fue el equipo que más puntos sumó entre 1986 y 1989, pero no pudo consagrarse campeón del torneo Oficial. Acuña explicó las razones por las cuales aquel gran equipo sólo consiguió la Supercopa: «Racing tenía un presidente peleado con Julio Grondona. Las declaraciones de Juan D´Stéfano condicionaban y los árbitros nos mataban. Luchábamos contra eso. Un árbitro me dijo que a nosotros había que matarnos. Otro, que nunca seríamos campeones mientras D´Stéfano fuera presidente. Esas cosas marcaron al equipo y no le permitieron ser el mejor equipo de aquellos años«.
Para Acuña, «El periodismo tampoco vio a aquel equipo. Que se cansó de ganar partidos importantes, pero cuando hacen un recuento de los grandes jugadores de Racing, nunca están los campeones de 1988«.
Finalmente, Camote recordó la charla técnica del Coco Basile en el Minerao: «Fue una arenga. Coco nos pidió cuidado con Careca, un negro que la rompía, pero se volcó a decir lo que quería él del equipo. Nos dijo que teníamos que ganar por nuestras familias, por Racing, por un grupo que había sufrido mucho. Recordó situaciones difíciles que habíamos transitado y eso nos motivó para salir con los dientes apretados. Igualmente, aquel equipo de Racing sabía que hacer dentro de la cancha«.
Racing ganó la Supercopa 1988 eliminando a Santos en la fase inicial. Luego, en semifinales, disputó una serie dramática ante River Plate que se definió con un agónico cabezazo de Néstor Fabbri en el estadio Monumental. En la final ante Cruzeiro, Racing venció 2 a 1 en Avellaneda. La revancha finalizó igualada 1 a 1. El gol de la Academia lo convirtió Omar Humberto Catalán.
Racing tenía un equipo con jerarquía en Ubaldo Fillol, Néstor Fabbri, Miguel Ludueña o Rubén Paz; pero también el coraje de Gustavo Costas, Camote Acuña, Miguel Colombatti o Walter Fernández, quienes habían ascendido con el equipo a Primera División en 1985.
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