Por Diego Cessario (*)
Boca perdió ante Estudiantes de La Plata y un liderato de 617 días. Pero perder la punta del campeonato será anécdota: tarde o temprano eso iba a suceder. Pero lo que subyace es el rol del Cuerpo Técnico. Nadie quitará los méritos del bi-campeonato, sin embargo cabe plantear interrogantes que deja la derrota y el rendimiento de Boca Juniors:
* ¿Por qué se decidió, a último momento, la inclusión de Izquierdoz por Goltz? ¿No era más lógico guardar al ex jugador de Lanús para éste partido en vez de incluirlo ante Barcelona, sabiendo que es un jugador por el cual Boca pagó siete millones de dólares y no podrá jugar Copa Libertadores hasta la próxima fase? Izquierdoz necesita rodaje para acomplarse a Lisandro Magallán, pero no es lo mismo un partido por los puntos, con un rival metedor, que un amistoso ante Barcelona. Otro interrogante: ¿Hasta cuando se seguirá exigiendo jugadores hasta el límite, pensando en la cantidad inusitada de lesiones y desgarros que sufrió éste equipo en los últimos dos años? Con el desgarro de Izquierdoz, los Barros Schelotto pierden un jugador importante. Volverá Santiago Vergini, quién practicamente no era tenido en cuenta para éste semestre.
* ¿Hasta cuándo la defensa de Boca va a seguir marcando en zona? ¿Acaso no se dan cuenta que todos los goles vienen por esas fallas y que, desde hace años, no se puede jugar los 90 minutos o enfrentar a todos los rivales de esa manera?
* ¿Cuándo definirán los Mellizos si el esquema va a ser 4-3-3 o 4-2-3-1? Boca parece estar en constante formación. Nunca termina de meter segunda y comenzar, de una vez, a ser un equipo sólido en lo colectivo sin depender de individualidades. Boca depende más de la pincelada de cada jugador que de un engranaje que nunca aparece. Para los torneos locales alcanza, pero todos sabemos que no es así para la Copa Libertadores de América. Boca y su gente quieren la Copa. Incluso, Guillermo declaró luego del partido ante Estudiantes que recién en diciembre evaluará su labor en éste 2018. Es decir, el propio Mellizo se baja el precio y sabe que lo logrado sirve poco si no obtiene la Copa. Otro que habló fue Leonardo Jara, quién declaró: «Jugando así no podemos ganar la copa«. Teléfono, Guillermo.
* Otro de los enormes problemas que tiene Boca es la mitad de la cancha. El doble cinco Pablo Pérez-Wilmar Barrios sirve a medias. Desde que el capitán no juega por derecha perdió nivel y brillo. De hecho, Barrios bajó su rendimiento compartiendo posición cuando brilló como 5 clásico. La variante de Doble 5 puede funcionar entre Wilmar Barrios y Nahitán Nandez, pero no con Pérez. Parrafo aparte para la impunidad que goza el capitán, quién todos los partidos mete una patada que sólo es castigada con amonestación, nunca con expulsión. De hecho, en los últimos catorce partidos de campeonato, recibió doce tarjetas amarillas y en uno de los encuentros, ante San Lorenzo, tan sólo jugó un cuarto de hora. ¿Por qué no sale Pablo Pérez? Simple: es el hombre de confianza del Cuerpo Técnico.
* Otro interrogante es por qué muchos de los jugadores están en un bajo nivel. Repasemos: Cristian Pavón volvió a ponerse el balde en la cabeza, mas allá del gol ante Talleres. El jugador de los cincuenta palos euro sólo se ve en la Bombonera, fuera de ella, su rendimiento se desfigura. Edwin Cardona solo muestra un par de pinceladas, alternando buenas y malas, sin poder afianzar al jugador que creímos ver el año pasado. Si el colombianos sigue así su futuro no estará en Brandsen 805. ¿Donde está Bebelo Reynoso? ¿Andrada es mejor que Rossi? Si Rossi hubiera recibido el gol que sufrió ayer Andrada en Quilmes, hoy los títulos serían que Boca necesita un arquero…
* ¿Por qué Ramón Abila quedó relegado? El cordobés debió pelear el puesto con Darío Benedetto, Walter Bou y Carlos Tévez. Ganó su lugar a fuerza de goles, pero volvió a ser suplente; está vez de Mauro Zárate. Ante Libertad, Ábila cumplió su función marcando el gol que abrió el partido. Sin embargo, no se entiende por qué fue titular ante Barcelona en vez de cuidarlo para el partido ante Estudiantes. Pueden ser dos motivos: Guillermo realmente no lo quiera o cierta rotación esperando el regreso de Benedetto quien debe encontrar su titularidad allanada. Sea cual fuere el motivo, no hay excusas para prescindir de un referente de gol, algo que Boca no tiene de sobra.
* Por último, parece imponerse la moda del falso 9. En el Mundial, Francia arrancó el torneo con Mbappé de falso 9 y no le fue muy bien con ese planteo, más allá del triunfo inicial. Cuando lo desplazaron por la banda y en su lugar ingresó Giroud, Francia cambió la cara y se fue derecho al título. Sin ir más lejos, recordemos lo que le sucedió a la Argentina cuando puso a Lio Messi de falso 9 ante el campeón. Ayer, Guillermo puso a Zárate en esa posición condenándolo a la intrascendencia.
Éste es un momento para que Guillermo, como sucedió luego del clásico perdido ante River en La Bombonera allá por 2017, agarre el bisturí y empiece a definir el 11 titular. Asombra la lentitud del Cuerpo Técnico para reaccionar ante circunstancias adversas. Ayer, Villa y Ábila debieron entrar con el partido 0 a 0, no para buscar un empate. Estudiantes, con pibes de inferiores y un planteo propio del ADN pincharrata, liquidó el partido por la apatía xeneize. Otra materia que debe el Cuerpo Técnico es reponerse a la adversidad: Boca no juega a lo Boca cuando tiene que buscar al rival.
Guillermo y Gustavo están ligados a Gimnasia y parte de eso es conocer al rival de toda la vida. Ayer, Boca perdió con un gol que tiene cincuenta años. Elaborado en el viejo laboratorio que montó Osvaldo Zubeldía en City Bell. Lo sabían todos, menos los entrenadores de Boca Juniors.
(*) Periodista de Abrí la Cancha.