Este miércoles, la Cámara de Diputados debatirá la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en una sesión que se estima será maratónica. Con movilizaciones fuera del Congreso a favor y en contra del proyecto, los diputados y diputadas tratarán el dictamen consensuado que establece que el aborto será legal y no necesitará ningún permiso judicial hasta la semana 14, con el consentimiento de la mujer gestante.
Distintas referentes se manifestaron a favor de la despenalización, junto a importantes figuras de los medios de comunicación que impulsaron el debate. Una de ellas es Marina Glezer, actriz y directora, quien explicó en Radio Gráfica que la creencia y experiencia personal «corren el eje de la discusión del debate: no es sí o no, es legal o clandestino».
A horas del histórico debate, el conteo de votos “está muy parejito”, pero “no se puede medir como un partido de fútbol, es el cuerpo de las mujeres, la sociedad misma y responsabilidad de todes”, dijo Glezer.
Además, se mostró sorprendida por “las idas y vueltas de los diputados, cuando tienen de rehenes los cuerpos de las mujeres, esas muertes de las cuales ellos mismos son responsables por no aplicar una legislación que la de ese sometimiento por ser cuerpos gestantes”.
La actriz resaltó que el tratamiento de este proyecto “es un logro de toda la sociedad. Despertamos, estamos conscientes, maduros”. Y advirtió que “el valor moral, la religión, la ética corren el eje de la discusión del debate: no es sí o no, es legal o clandestino”, es la posibilidad de “que haya una legislación que te de un derecho”.
Ese tratamiento implicó un trabajo conjunto entre opositores y oficialistas, con más de 700 expositores y expositoras durante dos meses en el plenario de comisiones. Una construcción desde “el disenso”. “¿Vieron que está bien que los actores hablemos de política, que sí está bien que los legisladores del oficialismo y oposición trabajen en conjunto? Es responsabilidad también de una sociedad que exige que sea así”.
Esa exigencia que se manifestó y manifiesta en la calle, redes sociales y medios de comunicación. Una “batalla cultural que trasciende, hace, impone y pone en viva voz los deseos, necesidades y ansias de derechos de la sociedad”.
Finalmente, Glezer contó que ella interrumpió “un embarazo no deseado hace 18 años y lo hice porque en ese momento creí que era lo más conveniente, no estoy arrepentida. Lo más feo que tuvo fue la clandestinidad, la estigmatización de mi cuerpo y mi persona por hacer algo clandestino”. La actriz aclaró que no contó su experiencia “con el afán de que la gente sepa lo que se siente practicar un aborto, sino con la imperiosa necesidad de que la sociedad se sienta responsable por todos y no por uno solamente”.
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