Alfredo Tape Rubín está presentando su disco Cambiando cordaje, un acontecimiento muy esperado, no sólo porque Rubín es uno de los artistas más reconocidos en el ambiente del tango, sino porque hacía años que no grababa. Y el miércoles pasado, se dio una vuelta por Radio Gráfica, para conversar con Guillermo Quiroga en Queda la Palabra.
En verdad, no es un disco del Tape, es un disco del cuarteto que integra junto a Leandro Nikitoff, Adrián Lacruz y Mariano Heler: “Hace años que trabajamos juntos y lejos están de ser solamente guitarristas -dice Alfredo-. Son compositores, arregladores, gente muy comprometida con el género. Muchas veces, yo acerco temas y son ellos quienes los elaboran, les dan su particular mirada, los mejoran… Son artistas completos. Yo tengo más años recorridos, soy el cantor, y eso hace que ponga más la cara y tenga un rol más preponderante, pero se trata de un grupo y yo creo en esta conformación horizontal que, además, guarda una coherencia ideológica con otras cosas que pienso”.
Rememorando sus comienzos en el tango, el Tape dice: “A principios de los noventa, yo sentía que el rock había dejado de tener un espíritu rebelde para convertirse en pop complaciente que sonaba en las publicidades. Por otro lado, me interesaba mucho esa mítica Buenos Aires que aparecía en el tango y en mi casa, cuando chico, se escuchaba mucho tango, lo usual en aquellos años, fundamentalmente Carlos Gardel y Julio Sosa. Luego descubro el lunfardo de Edmundo Rivero y allí siento que eso era más oscuro, más cuestionador de ciertos valores y mucho más atractivo que el rock que estaba escuchando. Obviamente, hoy no reivindico la temática de algunas de aquellas canciones que elogiaban a chorros, individualistas, machistas y golpeadores, pero ese fue el germen para empezar a componer mi obra dentro del género”.
Volviendo al nuevo disco, comienza con la canción que le da título y Rubín cuenta el por qué de la elección de ese nombre: “El cambio de cordaje de la guitarra es el momento que va de lo que ya fue a lo que aún no es… El personaje que yo imagino en la canción está en ese trance, reflexionando sobre el inicio y el final de un ciclo, cuando lo viejo ya murió y lo nuevo está por nacer: ese silencio, esa grieta donde no hay mundo todavía. Y se me ocurrió que esa persona, a punto de colocarles las cuerdas a su guitarra, va a poner allí nuevamente las cuatro energías: la tierra, el agua, el fuego y el aire. Arreglé el tema de forma muy distinta para cada uno de esos segmentos y luego decidí que lo mejor sería invitar a cuatro cantantes para ponerle la voz a cada uno de los elementos, y se sumaron Hernán Genovese (la tierra), Eva Fiori (el agua), el Chino Laborde (el fuego) y Noelia Moncada (el aire). Yo diría que este tema es un experimento: tiene rítmica de tango, una armonía medio rockera y una letra con un temática cósmica”. Durante el transcurso del programa, se escucharon (además de “Cambiando cordaje”) “Tierra bruja” (con la participación de Juan Villarreal) y “Milonguética”.
GQ/GF/RG