
Alejandro Fabbri es una voz propia en el periodismo deportivo argentino. Su inició fue en La Hoja del Lunes, año 1979. Pronto se visibilizó como un especialista en estadísticas e historia del fútbol argentino, trabajando en Sport 80, Clarín, Competencia, Torneos y actualmente en Sportia y Relatores, la plataforma encabezada por Víctor Hugo Morales. Pero en este recorrido de casi cuatro décadas jamás ocultó su amor por el Club Atlético Platense.
En charla con Carlos Aira en Abrí la Cancha, Fabbri narró el génesis del club de sus amores: «Platense nació por un caballo llamado Gay Simon, año 1904. Los muchachos que fundaron el club tenían la fija y fueron al Hipódromo Argentino, que en aquel tiempo estaba ubicado frente a la Torre de los Ingleses, donde hoy está el Hotel Sheraton, demolido en 1922 para darle paso al Parque Japonés. El caballo pertenecía a la caballeriza stud Platense y la chaquetilla del jockey era roja con vivos negros».
«Platense nació en lo que hoy es la Villa 31; en una carbonería de la calle Posdas. Después los socios mudaron el club al Bajo Belgrano, donde hicieron su primera cancha. Allí desbordaban los arroyos de la zona y todo era barro y tierra. Los chicos que iniciaron el club jugaban con una camiseta blanca, de esas que se usan para dormir. Un día uno de los fundadores apareció con una bobina de tela marrón y les dijo que se la pusieran alrededor para que pareciera una camiseta y quedó para siempre así. Por eso Platense juega con camiseta blanca, con franja horizontal marrón, pantalón y medias blancas», nos dijo Alejandro Fabbri.
El autor de Nacimiento de una pasión, historia de los clubes, narró la historia de las diversas canchas calamares: «Platense llegó en 1917 a Manuela Pedraza y Crámer. La cancha tenía un arco sobre Manuela Pedraza y otro sobre Tamborini. Esa disposición se mantuvo hasta 1965, cuando Platense volvió a Primera División luego del descenso de 1955. Los dirigentes ampliaron la capacidad de la cancha dando vuelta el estadio. Un arco pasó a estar sobre Crámer y otro sobre Amenabar. La cancha estuvo en pie hasta 1971, cuando descendemos y perdemos el estadio. El terreno era de una familia de fanáticos calamares. Cuando murieron los padres, los chicos quisieron repartir la herencia y también el terreno. Como no pudieron probar la propiedad del terreno, la Municipalidad terminó poniendo un Centro Deportivo. En aquel entonces la Presidenta era Natividad de Marcovecchio. Entre 1972 y 1979 hicimos de locales en Atlanta, Chacarita y Tigre, algo hoy impensado. En 1979 se jugó el famoso Cuadrangular de la Muerte, donde jugaban los cuatro peores del Metropolitano y sólo se salvaba uno. Frente a Gimnasia inauguramos la cancha de Vicente López, donde mandamos al descenso a Chacarita Juniors, Atlanta y el Lobo platense».
Consultado por Carlos Aira sobre los jugadores que lo marcaron, Fabbri recordó: «mi ranking comienza a fines de los sesenta o comienzos de los setentas. Puedo nombrar a Eduardo Coudet, Carlos Alejandro Alfaro Moreno, Esteban Fuertes, Darío Scotto, Mariano Dalla Libera entre otros. Platense siempre fue un club proveedor para otros equipos. Por ejemplo, en los campeonatos que ganó Independiente, siempre hay algún ex-Platense, desde Chivita Maldonado en los sesenta, o Alfaro Moreno en 1989″.
Por último, Fabbri recuerda cómo vivió la final del Metropolitano de 1967 entre Platense y Estudiantes: “Platense ganó una zona del Metropolitano quedando segundo Independiente; Racing ganó la otra, secundado por Estudiantes. A nosotros nos tocó jugar contra Estudiantes, y quien ganase ese partido era campeón porque Racing iba a presentar un equipo alternativo en la final del Metro ya que tenía la final de la Copa Libertadores días más tarde. Ese miércoles 3 de agosto de 1967, Platense terminó el primer tiempo 3 a 1 arriba, con dos goles de Carlos Bulla y uno de Fernando Lavezzi. Estudiantes descontó y empató con un gol de Carlos Bilardo que le pegó de sobrepique de treinta metros. Luego viene el gol de penal de Raúl Madero. Platense lo puso contra un arco y son esos partidos donde la pelota se negó a entrar. Ganó Estudiantes y al otro día no fui al colegio».
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