Con el objetivo cumplido de mantener la categoría, Velez Sarsfield deberá afrontar una nueva etapa pensando en otros objetivos. El entrenador Gabriel Heinze deberá trabajar para que su equipo sea un reflejo de su idea de juego. En ese contexto, en Abrí la Cancha dialogaron con Emiliano Curuchaga, periodista de Pasión Fortinera, quién dio cuenta de la actualidad velezana.
«Este es un equipo que en su irregularidad aun no brinda garantías«; expresó el periodista, quién agregó: «Hay que darle tiempo al entrenador para que los jugadores comprendan su idea, del mismo modo que pasó en Vélez cuando Marcelo Bielsa llegó en 1997. Este es un equipo con referentes de peso, acostumbrados a otra forma de comprender el fútbol, por eso hay que comenzar todo de nuevo. Ese ejercicio se está dando. Los resultados aparecerán en el próximo torneo, cuando Heinze pueda reforzar el equipo y tenga la tranquilidad de haber cumplido el objetivo de mantener la categoría«.
A raíz de diferentes opiniones de socios e hinchas críticos con los planteos del entrenador, Curuchaga opinó: «La platea norte es el reflejo de una parte de Vélez. Cada socio es una opinión. Yo también exijo resultados, pero en un rol de análisis puedo decir cómo se podría llegar a un resultado, pero el proyecto Heinze llegó en un momento en el cual Vélez necesita resultados. Es muy difícil pedirle a un metodista que el club está en una postura resultadista. Creo que a través del método es más fácil llegar al resultado. Pero está claro que el primer objetivo de Heinze es mantener a Vélez en Primera División».
Curuchaga se refirió a la relación de los más jóvenes del plantel con el entrenador: «Los pibes están a gusto con Heinze. Hay que entender que muchos de ellos son aun adolescentes. En este escenario, Heinze es un docente exigente, que explica muy bien, pero al momento del parcial te va a tomar todo y te va a pedir estar a la altura de la cátedra«.
Consultado por Carlos Aira sobre la identidad futbolística de Vélez Sársfield, el periodista de Pasión Fortinera explicó: «Vélez tiene una escuela de formación a partir de Victorio Spinetto, gran formador de jugadores. Durante tres décadas, Don Victorio armó sus equipos de atrás para delante, entendiendo que en aquellos primeros años sesenta, el Catenaccio marcaba como se debía jugar. Se queman todos los papeles cuando el talento del jugador sobresale. Un jugador dotado técnicamente excede cualquier esquema. Después, por los vaivenes del club, en los últimos años pasaron entrenadores de diversas escuelas, alternando ideas y métodos. Por eso es importante que Heinze tenga una línea de juego clara, si bien le falta remarcar el trazo«.
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