junio 08, 2025

Boca Juniors | Cacho de la Brown, 75 años de historia xeneize

Boca Juniors |  Cacho de la Brown, 75 años de historia xeneize

Entre los dos sumán casi 130 años de antiguedad dentro de Boca Juniors. A Pedro Lauro nadie lo conoce con su nombre de nacimiento. Para todos es Cacho de la Brown. Socio xeneize desde su nacimiento, hace 75 años. Lo acompañó otro socio histórico como Daniel Lagomarsino. Ambos visitaron Radio Gráfica y abrieron su corazón azul y oro en Abrí la Cancha.

La charla fluctuó. Como si estuvieran en un bar. El primer recuerdo lo dispara una vieja tapa de El Gráfico con la figura de Norberto Menéndez: «Al Beto lo vi debutar. Lo hizo en River contra Boca en la Bombonera. Año 1954. Ganó River 1 a 0, gol de Eliseo Prado faltando dos minutos. Esa tarde, la delantera riverplatense fue Santiago Vernazza, Eliseo Prado, Beto Menéndez, Enrique Omar Sívori y Félix Loustau», rememora Cacho, con una memoria tan prodigiosa que hace hincapié en el rival de toda la vida.

A la hora de hablar de ídolos, Cacho no dudó: «Tuve dos ídolos y un jugador que sentí como hermano. Rojitas fue mi hermano, pero no mi ídolo. Ídolo fue Natalio Agustín Pescia. Nos transmitía tranquilidad. A los cinco delanteros rivales los ponía contra el arco. El sólo empujaba, pero era otro tipo de juego. Fue tan grande Pescia que la tribuna de la 12 tiene su nombre. La media, la del León, la que más grita y festeja. Antonio Ubaldo Rattín es mi otro ídolo. Lo es desde aquella mañana que lo vi jugando en Tercera contra River en el Monumental. Boca perdía 2 a 0, entraron él y Juan José Rodríguez y empataron el partido». Entre risas confesó: «Entrábabamos a la cancha con una bolsa de agua caliente, llena de vino y soda». 

Cacho sorprendió cuando remarcó que uno de los mejores equipos xeneizes que vio fue el de 1958 y 1959: «No figuró, pero a mí me encantó. Trajimos un uruguayo llamado Javier Ambrois que decían que era goleador, pero fue un mediocampista tan cerebral como Juan Román Riquelme. La delantera de Boca fue Nardiello, Mansilla, Rodríguez, Yudica y Ambrois. Dieron exhibición de fútbol por todos lados. Al famoso Racing campeón 1958 le ganamos 2 a 1 en Avellaneda. Fue Baile. Con River perdíamos 2 a 0 en Núñez y terminamos ganando 3 a 2″. 

¿Cual jugador de otro equipo le hubiera gustado a Cacho ver en Boca?: «Si volviera a nacer sería hincha de Fútbol. Hubo muchos cracks que me hubiera gustado ver, pero me quedé atragantado con José Nazionale, aquel jugador del Lanús de 1956. Ese si era un crack. Yo disiento con mucha gente de Boca que consideran cracks a ciertos jugadores como Peruzzi, Vergini o Insaurralde». 

Cuando habló sobre las hinchadas y los viajes de visitante, Cacho no titubeó: «Todas las hinchadas tuvieron presencia en la Bombonera. El problema era cuando nosotros íbamos de visitante. Tuvimos problemas en Chacarita Juniors y en Rosario. Ni te cuento cuando había que cruzar el bosque de La Plata. También salir de la cancha de Independiente era un problema»; y recordó a la vieja barra xeneize de la cual fue parte: «Yo empecé en la barra en 1953. La dirigía Jorge Corea. El traía gente de Nueva Chicago, del barrio Los Perales, hasta que en un partido que Boca perdió 5 a 0 con Chicago en 1983, el asunto se pudrió. En esos tiempos llevábamos un palo de escoba, alambre y una tenaza que la poníamos en el baño de la tribuna durante la semana. Con eso prendíamos kerosene que llevábamos en una botella y quemábamos las banderas de los visitantes«. 

«Lo de bosteros nació porque al lado de la antigua cancha había un corralón donde hacían ladrillos. Ese ladrillo lo pisaban los caballos, y el olor a bosta indicaba que estabas cerca de la cancha. Entonces comenzaron a llamarnos así«, recordó Cacho.

Cacho de la Brown es una simbiosis perfecta entre hincha y club: «Para mí, Boca es una parte grande de mi vida. Yo dormía en la tribuna donde ahora están los vitalicios. En verano me llevaba un bolso. Martín, el canchero, me dejaba dormir hasta las siete de la tarde, cuando cerraba. Hacía eso porque mi casa tenía techo de chapa y se concentraba mucho calor en verano«. 

Finalmente, nos dejó una anécdota increíble: «Cuando Boca vendió a Angelillo, todos los de la barra rompimos nuestros carnets y se los tiramos a los de la Comisión Directiva. Mi papá vio cuando se los tiramos. Cuando llegué a casa estaba en la puerta y me pidió el carnet. Yo le dije que lo tenía en el bolsillo, pero me respondió: `Vos lo rompiste. Tenés que aprender que los jugadores pasan pero nosotros quedamos en el club. Hoy ni comés ni dormís acá. Te mudás. Hasta que no te hagas socio no vuelvas´. Me fui a lo de mi abuelo. Le expliqué la situación y le dije que los de la Comisión Directiva eran unos ladrones. No terminé de decir ladrones que me pegó un cachetazo. Me miró y me dijo: ´Allí está el vicepresidente que es dirigente del Partido Socialista. Donde hay socialismo, no hay ladrones´. También me mandó a mudar. Tuve que dormir esa noche en la plaza hasta que abrió la oficina de socios a las dos de la tarde. Lo gracioso fue que cuando llegué estábamos todos los de la barra que habíamos roto el carnet haciendo la cola para sacar uno nuevo».

CA/GF/RG

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