
En medio de una ola de despidos en diferentes dependencias estatales, los trabajadores del Hospital Posadas denunciaron 122 cesantías esta semana, las cuales podrían ascender a las 1500. Además de la pérdida de puestos de trabajo, lo que repercute en una merma en la calidad del servicio sanitario, los trabajadores alertaron sobre la falta de insumos, materiales de farmacia e incluso dosis de vacunas contra la fiebre amarilla.
Durante el verano, muchos argentinos deciden visitar países limítrofes y, en el caso de un viaje a Brasil, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla. Con una sola dosis, alcanza para proteger a la persona durante toda su vida. La misma debe aplicarse 10 días antes de la fecha de viaje, sobre todo si se va a ir a lugares donde predomina la naturaleza, ya que la fiebre amarilla se transmite por la picadura de un tipo de mosquito.
El Posadas es uno de los hospitales a los que el ciudadano debe concurrir para aplicarse la vacuna, sin embargo, según denunciaron los trabajadores, por primera vez hay faltantes de esa vacuna. Ariel Barroso, dirigente de la CTA de los Trabajadores de la provincia de Buenos Aires, advirtió en Desde el barrio que, pese a las recomendaciones del Ministerio de Salud, «faltan insumos, faltan vacunas para la fiebre amarilla – que nunca han faltado -, se está avanzando en la privatización de la farmacia y laboratorio del Hospital, que siempre produjo sus propios insumos. Hoy se está gestionando para que ésto lo tomen otros laboratorios y hay cosas que los pacientes ahora las tienen que ir a comprar afuera».
Respecto a la fiebre amarilla, el referente de la CTA de los Trabajadores explicó que las vacunas no se estaban entregando y que «supuestamente» las dosis llegarían en la semana pero «no sabemos si ya lo hicieron o no. Hay mucha gente que viaja afuera o al interior y vienen a vacunarse. Siempre hubo (vacunas), con aciertos o con errores, nunca faltaron pero hoy están faltando insumos«.
La fiebre amarilla es una enfermedad a la que hay que prestarle particular atención. Este martes, las autoridades de Brasil ya confirmaron 20 muertos en lo que va del año por esta causa.
Pero la falta de insumos no es el único ámbito en el que se refleja la decadencia del servicio de salud por las políticas del Estado. Según denunció Barroso, aquellos pacientes del PAMI que no pertenecen al área de influencia señalada como propia del Hospital Posadas, son derivados a un nosocomio de su zona. De este modo, si un jubilado de San Miguel decide viajar a Haedo para hacerse atender en un lugar reconocido como el Posadas, no puede hacerlo. «Eso no pasaba, siempre se atendió a quienes venían de otros lugares. La razón es que no pertenecen al área del Hospital y lo vuelven a mandar a su localidad».
Según explicó Barroso, la gestión del Dr. Pablo Bertoldi Hepburn al frente del Posadas «se basa en optimizar áreas a través de la privatización. Los contratos siempre fueron precarios pero nunca se echó a nadie y siempre se intentaron mejorar las condiciones de los trabajadores».
La designación de Bertoldi Hepburn al frente del Posadas estuvo envuelta en polémica. A principios del año pasado, el diario La Nación informó que Jorge Lemus, ministro de Salud, designó al funcionario tras confesar a sus colaboradores que había sido a pedido de Silvia Majdalani, número dos de la Agencia Federal de Inteligencia. Según el testimonio del exsecretario de Políticas Regulación e Institutos del ministerio, Eduardo Munin, Lemus «dijo que el nombramiento de Bertoldi Hepburn se lo pidió Majdalani y el Presidente a partir de Majdalani». Sin embargo, la funcionaria de la AFI y el titular del Posadas desmintieron los rumores y aseguraron que la designación llegó a pedido del director ejecutivo del PAMI, Carlos Regazzoni.
Ahora, según denunció el referente de la CTA, el objetivo de Bertoldi Hepburn es cesantear entre 1500 y 2000 trabajadores. Por eso, «estamos tratando de resistir en los avances de privatizar un montón de áreas. Hay una persecución hacia los compañeros que estamos ofreciendo una resistencia a los avances neoliberales».
Esta situación también se refleja también en el área de cocina. Muchas veces, quienes viajan de lejos o quienes deben pasar muchas horas en el Hospital, comen allí pero ahora el servicio está siendo privatizado, según denunció Barroso, y quedará en manos de una empresa que «ya está repartiendo viandas. Hacen negocios y no están al servicio de la salud pública y de la atención en general. Se busca privatizar y arancelar».
Por este conflicto, que excede al Posadas y que se replica en distintos hospitales del país, los trabajadores se encuentran en estado de asamblea permanente y el viernes a la mañana tendrán una reunión para determinar los pasos a seguir.
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