Vicente de la Mata, un gigante del fútbol argentino, habría cumplido cien años. Capote, como se lo conoció, nació en Rosario el 15 de enero de 1918. Insider derecho, gambeteador nato, los registros de época dan cuenta de un crack que fue un deleite para los ojos. Debutó en Central Córdoba en 1935, pero la consagración le llegó cuando pasó a Independiente en 1937. Con los Rojos de Avellaneda jugó durante 13 años. Integró aquella delantera fabulosa junto a Arsenio Erico y Antonio Sastre, convirtiendo entre los tres mas de quinientos goles rojos.
En Abrí la Cancha profundizaron el origen rosarino del crack. Por eso entrevistaron a Julio Rodríguez, periodista e investigador de la historia de Central Córdoba, que comentó: «Nació en la República de la Sexta, un barrio muy cercano al estadio. Barrio portuario y ferroviario, porque allí estaba el FC Puerto Belgrano. Es un barrio que dio grandes jugadores, porque además de Capote fue cuna de Gabino Sosa, Federico Monestés, Indalecio López, entre otros».
Rodriguez nos comentó los primeros pasos de de la Mata en Central Córdoba: «Fichó para el club en 1930. Su papá era fanático charrúa. Debutó en la primera en mayo de 1935 y en diciembre la Selección Rosarina lo llevó de gira. Al año siguiente Central Córdoba se consagró campeón rosarino siendo de la Mata el goleador del equipo».
Vicente de la Mata es convocado, en diciembre de 1936, al equipo nacional que disputó el Sudamericano 1937. El mismo se disputó en el mes de enero en cancha de San Lorenzo. El 1 de febrero, Argentina derrotó 2 a 0 a Brasil con dos goles del pibe de la Mata. Esa noche lo catapultó al estrellato y a Independiente, quién pagó 27.500 pesos por su pase. «Central Córdoba siempre fue un club jugadorista. Mi abuelo me contó que la mayoría de los hinchas del barrio se hicieron de Independiente cuando el Gallego – como se lo conocía en Rosario – pasó a los Rojos. Eso prueba el fanatismo que provocaba un jugador como de la Mata».
Rodríguez hizo hincapié en el de la Mata que regresó a Rosario en 1951 y su rol vital en Central Córdoba: «Regresó a Rosario para jugar en Newells. Eso sucedió entre 1951 y 1952. Jugó pocos partidos por lesiones. En 1953 decidió regresar a Central Córdoba. Aparte de jugar, dirigió el primer equipo entre 1953 y 1955. Allí empezó a moldear a los futbolistas que ascendieron a Primera en 1957. Luego del paso por la A, de la Mata regresó a Central Córdoba entre 1960 y 1962. En ese tiempo tuvo el privilegio de estar presente en el último partido de Ángel Amadeo Labruna como futbolista. Fue en un Central Córdoba-Platense, año 1961″.
Finalmente, el investigador rosarino dio cuenta de la introvertida personalidad del crack: «Siempre tuvo un perfil muy bajo. Cada vez que podía volvía a Rosario y a su barrio. Compartía las charrúas con en el club Defensores del Charrúa. Mi abuelo contaba que cuando él jugaba en Independiente y había receso de verano, Capote jugaba torneos nocturnos que se organizaban en la cancha de Córdoba. Jugaba en el equipo Tomate, junto a Gabino Sosa y Waldino Aguirre. Hoy resulta impensado que un jugador participe en este tipo de torneos que se jugaban por plata«; y agregó: «Muy amigo de sus amigos. Un tipo bondadoso. En la década del 70s trabajó como mozo en su bar. En aquel tiempo muchos futbolistas incursionaron en el rubro gastronómico«.
Julio Rodríguez, autor de la biografía del genial Gabino Sosa, nos contó los homenajes que tienen pensado hacer los clubes Central Córdoba e Independiente: «Durante el año vamos a trabajar en conjunto con un grupo de historiadores de independiente para realizar eventos en Avellaneda y Rosario, concientizando a nuevas generaciones y empaparse de la grandeza que le dio a Central Córdoba».
Vicente de la Mata falleció el 4 de agosto de 1980, a los 62 años, víctima de un efisema pulmonar. Campeón rosarino 1936 con Central Córdoba; con Independiente logró los campeonatos de 1938, 1939 y 1948. Con la Selección Argentina ganó las Copas América de 1937, 1945 y 1946.
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