Petter Titland, de la organización Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) de Noruega y Sally Burch, de la Agencia Latinoamericana de Información, fueron deportados ayer por el gobierno argentino. Ambos venían a la reunión ministerial de la OMC que empieza mañana domingo. El gobierno argentino había rechazado sus acreditaciones a la reunión ministerial, como a tantos otros referentes de la sociedad civil, sin embargo no había anunciado que impediría su ingreso al país.
Un escándalo que según Sofía Scasserra investigadora del Instituto Mundo Trabajo, cuya acreditación a la ministerial también fue revocada, se convierte en un escándalo a nivel internacional : «Hay que ver qué consecuencias va a traer esto en los próximos días porque los gobiernos no están nada contentos con lo que hizo Argentina. Y la gente dentro de la propia OMC que no está muy contenta por esto porque realmente deja muy mal parada a la reunión ministerial. La deja como anti-democrática, que la sociedad civil no puede participar. Ya el gobierno de Noruega dijo que va a tomar acciones contra el gobierno de Argentina y hoy amanecimos con un comunicado de la Cancillería de Ecuador diciendo que lamentaba mucho la decisión de deportar a Sally Burch (periodista inglesa que reside en Ecuador)».
Scacerra en diálogo con Úrsula Asta en Radio Gráfica dio cuenta del extenso proceso para acreditarse a una ministerial de la OMC: «Lleva varios meses, porque primero hay que demostrar los intereses de cada ONG en los temas relacionados con la OMC, hay que presentar documentos escritos y demostrar que realmente hay un interés genuino y real. Una vez que la OMC aprueba eso hay que inscribir a los participantes que pueden ser hasta cuatro por organismo. La OMC se toma un par de semanas para evaluar casa caso y finalmente te acredita a ingresar a la reunión ministerial. Hasta ese estado estábamos hasta el mes de octubre, y hace 15 días recibimos un mail diciendo que el gobierno argentino por razones de seguridad, de manera unilateral había revocado nuestras acreditaciones. Y la OMC recomendaba que no viajemos porque no nos iban a dejar ingresar a le reunión ministerial, no que no iban a dejar ingresar al país. A los que echaron dicen que somos activistas sociales, gente disruptiva y esto no es para nada así. Somos gente que hemos participado en otras reuniones ministeriales y nunca hemos tenido ningún problema. La gran mayoría somos investigadores como en mi caso que soy de la Universidad de Tres de Febrero».
¿Qué planteó el gobierno argentino? En el texto difundido la semana pasada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se explica: “Las ONG realizaron llamamientos a manifestaciones de violencia a través de las redes sociales, expresando su vocación de generar esquemas de intimidación y caos”. Por su parte la ex titular del Palacio San Martín, Susana Malcorra, que presidirá el evento internacional afirmó que la decisión fue tomada a partir de “revisiones de antecedentes realizadas por el Ministerio de Seguridad y la Agencia Federal de Investigaciones”.
Entre los repudios a la deportación de Sally Burch, Leonel Herrera Lemus presidente de ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica) se expresó en un comunicado planteando que «a la luz de estos hechos, queda claro, que el gobierno argentino busca silenciar cualquier acto o signo que se oponga a los intereses de los gobiernos y grupos de poder enfrascados en el diseño y aprobación de políticas no favorables a los pueblos menos favorecidos del planeta. En consecuencia, el impedimento de ingreso a la Argentina de la periodista Sally Burch es un atentado a la democracia; al ejercicio de la libertad de prensa y expresión y al derecho de los pueblos de estar libremente informados».
Por su parte Petter Titland en dialogo con Página/12 denunció: “Me echan de la Argentina sin argumentos. Lo único que me dijo una persona de seguridad fue que no me permitían ingresar por lo que dice en el sitio web de mi organización. Pregunté qué parte de la página consideraban violenta y no respondieron. Es absurdo”.
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