Tierra Partida, lo demás no importa nada da cuenta de la complejidad que acarrea la conformación de un país. Contradicciones internas y una fuerte puja de intereses. Enfrentamientos y luchas. Pero, también, momentos heroicos. Un relato que va desde la declaración de la Independencia en 1816 a la conformación de la Constitución en 1853, y que entrelaza diferentes voces en un discurso agrietado.
Marcos Arano, director de la obra, visitó el estudio Patrick Rice y dialogó con Abramos la Boca sobre el trabajo que llevan a cabo todos los domingos a las 20 en el teatro La Carpintería. “Nos interesaba hablar sobre nosotros, el origen y el presente”, confesó.
“Tiene 25 actores intérpretes en escena entre músicos, máscaras y clowns. Es un gran collage como lo es la historia. Hay algo de la cantidad de cosas que suceden todo el tiempo y que remiten un poco a las contradicciones”, expresó Arano.
Los cuerpos son la principal herramienta que se utiliza para contar un período de la historia cargado de disputas. Intensidad. Bruscos cambios de ritmo. Coreografías en cámara lenta que dejan ver con claridad las emociones de los protagonistas. “Nos enfrentamos a una investigación sobre la historia de nuestro país y esos primeros años que marcaron las grietas, donde se empezaron a delinear sectores que hasta hoy dividen los intereses de los argentinos. Aparecieron un montón de datos y entrecruzamientos. Nos metimos en ese mundillo y lo hicimos con humor. Con clown, música en escena y dos personajes delirantes que van tratando de narrar la historia”, manifestó.
Cada momento está pensado con una intencionalidad. Se parte de la simpleza para ir hacia la profundidad, y despertar la inquietud en el público sobre un período apenas mencionado. “En Tierra Partida hay momentos de mujeres porque hay algo llamativo de la historia, que es la ausencia de ellas como activas participantes de los procesos históricos. Y eso es una omisión adrede como lo ha hecho el patriarcado históricamente”.
Donde duermen los grillos
El dramaturgo y director también hizo referencia a Donde duermen los grillos, obra que se presenta los sábados a las 20 en El Excéntrico de las 18. “Es una comedia cruel sobre los aparatos punitorios y la cárcel. A partir de la justificación de cinco tipos, que quieren encontrar la libertad, nos animamos a denunciar y a meternos en el universo infernal del encierro y de las cárceles en Argentina. Uno de los objetivos es tratar de mostrar temas que la sociedad barre bajo de la alfombra”.
Además, Marcos Arano aseguró que si bien el proceso de creación “fue divertido porque se partió desde el humor” hubo momentos donde tuvieron que “parar” por lo fuerte de la problemática”. “Investigamos sobre las cárceles en la provincia de Buenos Aires. Nos entrevistamos con ex presos. Es un tema que particularmente me moviliza mucho y que creo que debería movilizar a todos. La cárcel es un Estado dentro del Estado que ampara todas las violaciones a los derechos humanos posibles y que, además, es un círculo vicioso. El 80 por ciento de las personas que están en cana son pobres”.
Finalmente, el director de Tierra Partida y Donde duermen los grillos declaró que “el teatro es lo natural en el ser humano” ya que “desde muy chicos empezamos a querer ser otro”. “De alguna manera, es una forma para que la sociedad pueda ver esos lugares que muchas veces no quiere ver. Es un lugar de resistencia, donde se pueden decir un montón de cosas no directamente. Donde todavía se sostiene lo vivo, no a través de una pantalla ni del golpe bajo. Creo que el teatro no va a morir nunca porque a las personas nos gusta estar entre personas, y cuando uno va al teatro descubre eso de nuevo. Esa energía tan fuerte que se produce de un actor ahí, viviendo una situación, generando una verdad en un presente que es compartido pura y exclusivamente en ese momento”.
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