Decíamos ayer en la previa: los cambios forzados en la alienación podían ser una oportunidad para que Edgardo Bauza comenzara a imprimirle su sello al equipo. Casi 24 horas después nos lamentamos encontrarnos escribiendo lo contrario.
El saldo del partido
Argentina no pudo hacer pie casi en ningún momento, excepto por un lapso entre los quince minutos de la etapa inicial y el primer gol del equipo anfitrión; y en el rato que jugó Marcos Acuña, mostrando algo de rebeldía. ¿El resto del partido? Lo mismo que se ve hace demasiados años y explica el título que elegimos para esta columna.
Poco peso ofensivo, falta de ideas y de rebeldía, mala contención en el mediocampo, errores groseros en la última línea, y todo lo que el lector ya conoce de memoria. ¿Desde cuándo? Desde finales de 2007 cuando entró en declive la segunda etapa de Alfio Basile al frente de la selección nacional, cuando se empezó a ver (¿o no ver?) que Lionel Messi no es por sí solo la solución a todos los problemas del equipo, cuando los delanteros altamente cotizados como Carlos Tevez, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María no lograban convertirse en los momentos decisivos en ese poder de fuego con el que se esperaba contar, y desde que el equipo albiceleste empezó a sumar partidos cada vez más olvidables contra rivales que en otra época hubieran sido un escollo menor. Después de casi una década de dar vueltas en torno a lo mismo, se hace cansador discutir todo esto de nuevo.
Ayer un empate servía para comenzar a acomodar los números en pos de obtener la clasificación directa a Rusia 2018. Simplemente había que controlar el partido frente a una selección boliviana que aún pese al triunfo exhibió fallas técnicas que no se aprovecharon. Se dijo post partido que se subestimó al conjunto dirigido por Mauricio Soria. Si bien es cierto que los bolivianos juegan sin complejos ante Argentina en La Paz, no es menos cierto que el hecho de que el Hernando Siles ha dejado de ser «inexpugnable» hace varios años y que este equipo boliviano fue goleado por la Venezuela más floja en mucho tiempo.
Palpando el futuro
Se hace difícil imaginar que a pesar de todo Argentina no clasifique al Mundial. Aún si lo hace a través de una repesca ello no determina por sí mismo un mal rendimiento de antemano. Véase si no el caso de Brasil, que hizo una eliminatoria mediocre rumbo al Mundial de 2002 y terminó coronándose campeón en aquella oportunidad. El problema es otro. Se trata de verse venir a lo lejos una nueva frustración, de ser conscientes de que por este camino es muy difícil que se logre alcanzar de nuevo la ansiada revancha de la final perdida en 2014, de que lo bueno hecho por el plantel que dirigió Alejandro Sabella no se consolidó con un proceso de ajustes que aprovechara la base de lo actuado en el Mundial de Brasil.
Los números indican que Argentina está donde comenzó antes de jugar ante Chile, en el quinto puesto, que concede una repesca clasificatoria. Pero hay más datos. El próximo partido de Argentina es ante Uruguay en el Centenario, un partido que de por sí es duro por la historia que tienen tanto la Celeste como su estadio, pero en este caso lo es también por la derrota de anoche que sufrieron ante Perú los dirigidos por Oscar W. Tabárez. En otras palabras, los orientales van a jugarse el todo por el todo para obtener la clasificación directa y parecen tener mejores armas que sus vecinos occidentales.
Un mal resultado en Montevideo dejaría a Argentina con poquísimo margen de error en las últimas tres fechas. ¿Los rivales? Venezuela y Perú de local, y Ecuador de visitante. Con el triunfo de anoche los peruanos consiguieron mantener viva la ilusión de alcanza al menos el quinto puesto. Entonces, ¿qué pasa si llegan al partido ante Argentina con chances reales de pelear la clasificación indirecta? Y sobre todo, ¿qué pasa si Argentina repite los errores que ya le costaron cuatro puntos ante venezolanos y peruanos, selecciones a priori más débiles? ¿qué pasa si tiene que jugarse todo en la última fecha en la altura de Quito?
Interrogantes a los que la falta de ideas futbolísticas y de recambio de nombres les sugiere una respuesta que nadie quiere decir en voz alta, pero que muchos comienzan a considerar posible.
Martín Gorojovsky – Abrí la Cancha
MG/GF/RG