Pablo Abbatángelo, presidente de la agrupación La Bombonera del Club Atlético Boca Juniors, conversó con Abrí la cancha acerca de la vida política interna de la institución y de los vínculos que desde la misma tejieron varios referentes del actual gobierno nacional.
Abbtángelo contextualizó la situación al afirmar que «desde diciembre del ’95 hubo un cambio ideológico y filosófico en la conducción del club. Se fueron cerrando poco a poco todas las actividades sociales y deportivas no profesionales, y precisamente usaron el nombre y la convocatoria popular de Boca como plataforma de lanzamiento político a nivel nacional. Hace mucho tiempo que desde nuestra agrupación planteamos que de la plantilla del club se pagaban honorarios de los puestos rentados del PRO y para las campañas de Mauricio Macri de 2003 y 2007 para Jefe de gobierno porteño».
Entre los hombres del entorno de Mauricio Macri que algunas vez pasaron por Boca, Abbatángelo mencionó a «Gustavo Arribas, quien apareció como un iluminado que le compró a Estudiantes el pase de Martín Palermo e inmediatamente después lo vendió a Boca. En ese momento pedimos informes porque era una situación demasiado particular, y Macri reconoció que Arribas era un amigo suyo, que a partir de ahí comenzó su ascenso. En cada transferencia a partir de entonces, todas ellas sospechadas de graves corrupciones, estuvo Arribas presente. Otro caso es el de Javier Medín, un CEO del grupo SOCMA que llegó para lanzarse hacia puestos como el que ocupa hoy en la Comisión Normalizadora de AFA, que en realidad es una intervención encubierta. Y Daniel Angelici es un político del partido radical que al igual que Macri llegó a través de Enrique ‘Coty’ Nosiglia [Nota del redactor: ex Ministro del Interior durante el gobierno de Raúl Alfonsín.]».
Consultado sobre el papel de la oposición en el club Abbatángelo contó que «desde la agrupación La Bombonera hicimos infinidad de pedidos de informes que sucesivamente fueron ignorados por la dirigencia de Boca, que está cerrada a la masa societaria y a la vida institucional del club. De todos modos nuestra actividad sirvió para hacer visibles ciertos problemas. Por ejemplo en 1999 se cambió el estatuto, en medio de un gran campaña mediática, para que se pudieran presentar avales bancarios a la hora de hacer las listas de candidatos para los cargos del club. Esos avales eran de imposible cumplimiento, salvo para una minoría. Pusieron una norma diferenciadora que divide entre los que tienen plata y los que no«.
Finalmente Abbatángelo detalló algunos mecanismos internos del funcionamiento del club, en el cual «la Asamblea de Representantes de Boca está formada en base a un sistema presidencialista que le asegura al ganador de las elecciones, así sea por un voto, dos tercios de los representantes, es decir ciento cuarenta de un total de doscientos diez. El oficialismo tiene una actitud muy condescendiente con sus ciento cuarenta representantes, por lo tanto todas sus iniciativas se aprueban por mayoría. Así es que a todos nuestros pedidos de explicaciones nos responden es ‘se aprobó por asamblea’. Boca necesita cambios profundos e intensos, como que las minorías formen parte de la comisión directiva y de la comisión fiscalizadora, para transparentar y democratizar el manejo del club, cosa que le haría bien no solo a Boca sino a todo el fútbol argentino».
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