Por Carlos Aira (*)
In extremis. Con una cuota de sufrimiento pocas veces visto. En verdad un triple sufrimiento: cuando fue necesario no perder con Brasil, la igualdad llegó en el quinto minuto adicionado. En la fecha final, eran imperiosos cinco goles a Venezuela. Solo fueron dos. Dependíamos que una débil Colombia ya eliminada le arrebatara un punto a Brasil. Por suerte, el milagro futbolero llegó: los pibes serán parte de la Copa del Mundo de la categoría en Corea del Sur.
Pero la angustiosa clasificación desnuda la problemática: hace una década que AFA no genera políticas serias con sus categorías juveniles. Desde el titulo mundial logrado en Canadá 2007, Argentina no ha clasificado a dos mundiales de la categoría, y en los dos que estuvo presente, el rendimiento ha sido deficiente. Difícil de creer por el buen nivel y competitividad cotidiana del fútbol argentino.
Existe una responsabilidad de la Comisión Normalizadora de AFA. la intervención de facto ha profundizado problemas en vez de solucionarlos. 2016 ha sido un año intenso como pocos. Luego de la renuncia de Gerardo Martino – propiciada por la falta total de apoyo -, la CN lanzó una convocatoria abierta para elegir al próximo entrenador de los equipos menores. El mismo camino emprendido por AFA en 1994 que terminó con contratación de José Néstor Pékerman. En Viamonte 1366 se presentaron 44 proyectos. Luego de una rigurosa pre-selección, los cuatro más importantes pasaron el filtro de un llamado Grupo de Notables (Mario Griguol, Oscar López, Carlos Aimar, Ramón Cabrero, Francisco Sá y el secretario de Deportes de la Nación, Carlos Mac Allister). El proyecto de Francisco Ferraro fue el elegido. Algo no cerró en calle Viamonte. El 15 de octubre, para sorpresa de todos, se anunció la contratación de un cuerpo técnico que no había presentado proyecto. Es el mismo que hoy dirige al Juvenil Sub-20: Claudio Ubeda, junto a Fernando Batista y Gerardo Salorio.
No hubo muchas explicaciones por parte de la CN. Así funcionan las intervenciones. Claudio Ubeda, surgido en Central Córdoba; con paso por Rosario Central y más de 300 partidos en Racing Club, comenzó su carrera de entrenador en 2008 en Huracán. Luego tuvo pasos por Independiente Rivadavia, Racing (ayudante de Alfio Basile), Boca Unidos, Deportivo Magallanes (Chile). En enero de 2016 regresa a la Academia como entrenador de Reserva. Nunca trabajó con fútbol amateur. Ubeda dirigió a la Academia en la primera fecha del torneo. Empate 1 a 1 ante Talleres. Esto fue el 27 de agosto. Una semana más tarde, Ricardo Zielinski era entrenador del Racing Club. Pedido de Armando Pérez, titular de la Normalizadora, a Víctor Blanco. Las malas lenguas cuentan que la devolución del favor fue la contratación de Ubeda.
Negocios son negocios. Lautaro Martínez y Brian Mansilla – ambos de Racing – son la dupla ofensiva de este equipo juvenil argentino. Mansilla, apenas ocho partidos oficiales en la Academia y unos cuantos en su préstamo por Quilmes, ya tiene una oferta millonaria del Ajax holandés. Martínez, goleador del equipo en Ecuador con cinco tantos, también fue sondeado. El juvenil como una enorme lanzadera interna de negocios.
Y ahí está el problema. El ciclo Pekerman-Ferraro-Tocalli se distinguió por el pulso en sus convocatorias. Jugadores juveniles de todo el país sin importar categoría. Algo similar al ciclo César Luis Menotti en la Copa del Mundo Juvenil Japón 1979. Los arqueros de aquel equipo fueron Sergio García (Flandria) y Rafael Seria (Central Córdoba). El suplente de Diego fue Juan José Meza, de Central Norte tucumano. Más acá en el tiempo, José Néstor Pekerman alineó como titulares a Cristian Muñoz (Malasia 1997) y Sebastián Bueno (Argentina 2001), ambos futbolistas de Sarmiento de Junín. El conocimiento profundo del fútbol argentino.
En marzo de 2008 AFA contrató a Diego Maradona y Carlos Bilardo. Diego a la mayor, el narigón a selecciones nacionales. Allí trabajó junto a Humberto Mario Grondona. Desde ese momento quedó expuesto, como nunca, la problemática de juveniles. A convocatorias realizadas a base de intercambios de favores internos de AFA se sumó un cambio de época: muchos clubes decidieron que ya no era necesario formar jugadores en divisiones inferiores. Era momento de títulos. La Generación del 86 a cargo de juveniles: Sergio Batista, José Luis Brown, Héctor Enrique, Marcelo Trobbiani. Un fracaso estrepitoso tras otro: Afuera de los mundiales de Egipto 2009 y Turquía 2013. El papelón clasificatorio del Sudamericano 2013 en nuestro país. Tan solo un entrenador no fue parte de México 1986. Walter Perazzo comentó en Radio Gráfica: «Fui a ver jugadores a las provincias. Cuando presenté la lista de convocatorias me dijeron que no. Tenía que convocar a otros futbolistas«.
Nueve partidos jugados. Tres triunfos, cuatro empates y dos derrotas. Una vaga idea de juego asociado. El criterio de Santiago Ascacibar, la potencia de Brian Mansilla y los goles de Lautaro Martínez y Marcelo Torres. Después, poco más. Un equipo que retrocede mal. Bajo rendimiento generalizado. Gerardo Salorio, el más experimentado del cuerpo técnico trepado del alambrado invitando a pelear a unos hinchas brasileños. Un combo complejo. La clasificación, festejada como un milagro, amerita un replanteo profundo. El mundial comienza el 20 de mayo. Hay tiempo para que el fútbol argentino muestre una mejor cara.
*Conductor de Abrí la Cancha