junio 25, 2025

Fútbol chino | Política de Estado

Fútbol chino | Política de Estado

Aquí 2016 fue un año particular para el deporte argentino. No solo por la disputa por la conducción de la Asociación del Fútbol Argentino (y con ella el intento de cambiar la estructura del fútbol en nuestro país), sino también por la celebración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, donde Argentina participó con una delegación récord. Fueron 213 atletas, superando así la marca de Londres 1948, en la que participaron 199 deportistas. El espacio de tiempo entre una y otra competencia ilustra por sí solo el estado de abandono que tuvo el sector de parte de los gobiernos que se sucedieron en la segunda mitad del siglo XX. Más allá de la cantidad de medallas obtenidas, el aspecto relevante a tener en cuenta no solo es lo numeroso del contingente, sino el hecho de que se trató de los primeros frutos del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), la institución creada durante el kirchnerismo para promover el deporte amateur.

Es este ramo como en tantos otros la política gubernamental tuvo errores y limitaciones, pero el rumbo general era correcto, como lo demuestran las llegadas a finales de atletismo de Braian Toledo (lanzamiento de jabalina) y de Germán Chiaravaglio (salto con garrocha). Las carreras de ambos se desarrollaron gracias al apoyo estatal. Aún así, al día siguiente de la ceremonia de cierre varios periodistas de medios concentrados editorializaban contra la injerencia del Estado en el deporte so pretexto de indebida politización, y pedían que el ENARD quede librado a las iniciativas privadas guiadas por la supuestamente neutral mano del mercado.

¿Y en China?

Abrí la cancha tuvo la posibilidad de asomarse a la política deportiva China a través de la charla con Guido Laveglia, profesor de Educación Física que fue contratado para enseñar fútbol en escuelas primarias y secundarias del gigante asiático. La República Popular ya es un participante destacado de los JJ.OO. y ahora va por los Mundiales de Fútbol. Así lo indicó recientemente el presidente chino Xi Jinping, al anunciar un plan según el cual su país pretende organizar un mundial, convertirse en participante regular de los mismos y eventualmente ganarlo. Cómo medida de base se proyecta la construcción para 2050 de un espacio para jugar al fútbol cada 10.000 habitantes. Y dentro de este marco se inserta la experiencia de Laveglia.

Según relató «una empresa de capitales chinos vino al país en 2015 a buscar directores técnicos y profesores de Educación Física para trabajar en el fútbol de base, escolar, en distintos lugares de China. No me tocó ir ni a la capital ni a grandes ciudades. Me tocó ir a trabajar a lo que podríamos comparar con un pueblo en Jujuy o Salta. El contrato de trabajo fue con el Estado Chino, la empresa solo era el nexo que se llevaba a un porcentaje».

Este viaje de profesores argentinos fue una primera etapa del proyecto deportivo. «El contrato fue por 10 meses, un año escolar. No tuvimos presiones en cuanto a objetivos. Tuvimos mucha libertad para trabajar porque ellos están arrancando desde 0. Conocen las reglas y nada más. No saben nada de ejercicios, de táctica. No solo dimos clases para chicos, sino que también dimos capacitaciones para profesores de otras ciudades. A veces venían a donde estábamos nosotros, otras veces nos llevaron. En un año no avanzamos mucho, pero precisamente por esto el proyecto de allá es a 20 años. En el primer año llevaron profesores como yo y directores técnicos. Ahora buscan algo más específico, así que están buscando menos profesores de Educación Física y más entrenadores».

Otro aspecto abordado en la conversación fue el flujo de dinero del fútbol profesional chino, que comienza a instalarse como un mercado fuerte en el mundo, tal y como lo demuestra el millonario pase de Carlos Tevez. ¿Quién maneja el dinero del fútbol profesional y el fútbol amateur? «El Estado financia el deporte amateur. Yo mismo sin ser un profesional específico, ganaba el doble o el triple que un docente local. El profesionalismo mueve muchísima plata, y también establece contratos con clubes importantes de otras partes del mundo, como el Manchester City o el Paris Saint Germain. En Beijing o en Shangai estoy seguro que está manejado por los clubes grandes de Europa, o incluso algunos de acá, como Boca que tiene filiales».

Algunas observaciones

No vamos a caer en el lugar fácil de ponderar ciegamente lo extranjero para su imitación en la Argentina. Nuestro país deberá hacer su camino para fortalecer la práctica deportiva. Sin embargo este testimonio de un sistema de probada eficacia nos parece útil para discutir sendas.

¿Qué nos parece útil rescatar? La oposición al mensaje privatista. Si los medios concentrados pregonan la eficiencia mercantil en el deporte vale preguntarles, ¿es concebible que una firma comercial invierta cantidades ingentes de plata en el interior profundo de la Argentina para difundir un deporte minoritario? ¿O más bien buscará el nicho rentable? Y si efectivamente las empresas solo buscan la ganancia, ¿qué otro medida queda para promocionar el deporte amateur si no es la decidida intervención estatal?

El proyecto chino para el fútbol está dando sus primero pasos, pero por lo expuesto no lo hace improvisando, sino aprendiendo. Argentina tiene la ventaja de poseer no solo tradición futbolística, sino de muchos otros deportes. Será cuestión de retomar una senda que haga del deporte una cuestión de importancia nacional. Y además tendrá que ser por medios políticos.

MG / GF / RG

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