En la Unidad 23 de Florencio Varela, Carlos Mena conoció la editorial cartonera “Cuenteros, Verseros y Poetas” nacida en ese penal a partir de un taller de literatura, escritura y biblioteca para los internos del Pabellón 4. Sobre esa experiencia, sobre el funcionamiento de las cárceles y sobre la seguridad, habló en Radio Gráfica el hoy docente de filosofía.
«Yo venía muy mal, como muchos pibes, en un momento muy crítico con el tema de la marginación y todas esas cosas feas que te generan ser víctima-victimario”, comentó en diálogo con Úrsula Asta y Lucas Molinari en Punto de Partida.
“Hice la primaria a los 32 años, la terminé ahí para poder comprender y participar de muchos debates. Porque como comprendí, la crítica partía del conocimiento. Y empecé la secundaria. Y cuando empecé a leer y a llorar, me empecé a sensibilizar y me dejé ayudar. De ahí empecé a hacer un puente hacia otros pibes para que lean, o hagan pintura, o deporte, tenemos un taller de hip hop. Todo con el tiempo, pero fue fundamental para mí”, relató Mena.
“Y partir de ahí, la libertad me cayó como un balde de agua fría y es como que nací para ser libre, como dice Jean Paul Sartre”, expresó. Y agregó: “Yo ahora doy clase de filosofía occidental, desde Sócrates, hasta Nietzsche o hasta Foucault, con palabras coloquiales para que el pibe que estaba en la esquina lo entienda”. “Hay mucha gente que pide más mano dura, más cárceles y más muerte, pero nadie hace nada para que uno aprenda a tener valores y no códigos, y para que uno no sea un canje”, marcó.
“A lo último (del tiempo de cumplimiento de la pena) me decían que cobre seis mil pesos por cada uno y que yo me quedara con dos mil y ellos con lo que resta para que se vayan a la noche y vuelvan a las 5 de la mañana. Que se cobre según cara las visitas de las familias. Eso ahora ya no está pasando en la 23 de Varela. Pero yo ví cosas, como mandar a matar a otra persona, hacer que se peleen para que uno le de las zapatillas a otro y que ese se las dé al oficial ¿qué tal la reinserción social eh?”, problematizó Mena sobre el funcionamiento de las cárceles.
“Hay que cambiar tiros, discriminación y que a uno lo cosifican, con abrazos, cariño y un poco de literatura, de filosofía, para que uno se sienta una persona, no una cosa”, dijo. “Yo soy una víctima-victimario y trato de pagar a la sociedad lo que hice con que otro pibe entienda que no hay que hacerle daño a nadie. Soy un compañero más de a causa para que la gente entienda que seguridad es incluir a los pobres», finalizó.
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