Tras la toma de cinco días en el Ministerio de Ciencia y Tecnología por parte de trabajadoras y trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), se realizó en el programa Feos, Sucios y Malas, por Radio Gráfica, una mesa de docentes e investigadores para analizar su situación laboral y de la investigación y el desarrollo en la Argentina.
Pablo Berrozpe, biólogo, becario doctoral del Conicet y trabajador en el Instituto Nacional de Medicina Tropical, contextualizó: “Bajamos desde diciembre de 2015 de designar a 945 investigadores nuevos, a este año tener 385”.
“Había un plan, que el ministro Barañao se había comprometido a llevar adelante, que se llama Argentina Innovadora 2020, que una de las metas que tenía es lograr un investigador cada mil personas. Para esto necesitábamos que de acá al 2020 la entrada a la carrera del Conicet tenga el ritmo con el que venía creciendo hasta diciembre de 2015, que todos los años se agregaba un 10 por ciento más de investigadores”, explicó.
“El gobierno anterior invirtió como nadie en infraestructura edilicia y mobiliaria en el área universitaria y de ciencia y técnica. Ha habido una visibilización del ámbito científico, porque se la invitó a ser parte de un proyecto político”, dijo Berrozpe.
El conflicto contra el vaciamiento de las políticas en materia de ciencia y técnica no sólo tuvo lugar en el Ministerio ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, sino que la medida de fuerza alcanzó distintos puntos, como La Plata, Mendoza, Córdoba, Rosario, Tucumán y Mar del Plata.
En ese sentido, el biólogo participó de la toma de la sede del Conicet ubicada en La Plata y a su vez desempeña sus funciones en materia de investigación medicinal en Iguazú.
En su análisis, argumentó: “Para no ser una neocolonia del imperio tendríamos que tener un desarrollo de la ciencia y técnica con una participación estatal mucho más fuerte del que tenemos”. Y sumó: “La política moldea lo que se investiga y desarrolla en el país. Tenemos que entender que la ciencia es política”.
Sobre la situación de quienes trabajan en este ámbito, contó: “Hacer la carrera de investigación científica en Argentina es relegar una parte monetaria muy importante, porque los sueldos no son buenos en general en el sector, así que tiene mucho de vocación desarrollar esta carrera”.
También, dialogamos con Alejandro Delorenzi, investigador en neurobiología de la memoria y profesor de la UBA, quien participó de la toma realizada en el Ministerio. “Un país para desarrollarse necesita conocimiento, y ese conocimiento se puede importar o se puede generar adentro”, inició.
“Tenemos la mayor cantidad de científicos de Latinoamérica por cantidad de personas económicamente activas, y eso se trata de revertir en este momento”, analizó sobre las políticas actuales.
A partir de la medida de fuerza, las y los trabajadores lograron el reingreso de las 500 personas que habían quedado fuera de la carrera de investigación. Por eso, Delorenzi expresó que están “festejando el empate” y que sus “500 compañeros tienen que estar adentro del Conicet”. Entonces, esa es la lucha que se deben “para el año que viene”, afirmó. “Queremos un modelo de desarrollo nacional y popular, y hacia allá vamos”, finalizó.
Además, Agustín Artese, delegado de la Comisión Interna de ATE-Conicet Sociales, opinó: “Logramos resistir un proceso de recorte. Logramos tener cero expulsados dentro del CONICET”.
“El proceso cerrado parcialmente pone el piso de nuestra capacidad de organización y resistencia frente al ajuste del macrismo en ciencia y técnica”, puntualizó. “El cambio de gobierno despertó una preocupación muy fuerte entre los compañeros y ha habido un fuerte proceso de organización en los lugares de trabajo”, describió a la vez que caracterizó que el logro obtenido de reincorporación de los 500 puestos “es inédito e histórico en el sector de ciencia y técnica”.
“Las campañas de difamación que hubieron durante esta semana (de duración del conflicto) han encontrado resistencias muy grandes. Sin embargo, hay una fuerte legitimidad que tiene la ciencia como ‘activo-nacional», concluyó Artese.