Alejandro Tarruela es el autor de uno de los libros más interesantes para comprender Guardia de Hierro. La organización que nació durante la resistencia y que tantas controversias generó. Editado 2005, en estos últimos meses se realizó una nueva reedición con un aditamento singular: la figura del Papa Francisco y su supuesta ligazón con Guardia.
Invitado por Gabriel Fernández a La Señal, Tarruella dio cuenta de dos capitulos que se sumaron a esta edición 2016: «Uno de ellos está referido al pensamiento de Amelia Podetti. Ella fue una notable escritora y ensayista. Directora Nacional de Cultura en 1975. Jorge Bergoglio tuvo una gran relación con ella. Para Podetti, América confirmaba la universalidad. Hasta 1492 existía un mundo partido para la religiosidad occidental. Un pensamiento que finalizaba en el Finisterre. Se integró América pero el pensamiento eurocéntrico sigue pensando que América no existe. Esto aplicado a la política le transfirió Podetti a Bergoglio«; y agregó: «El otro capítulo tiene que ver con la Dictadura y Bergoglio. La gran polémica».
En una extensa conversación, Tarruella, autor de Los Terratenientes – libro prohibido expresamente por la dictadura a pedido de la Sociedad Rural – comentó que en 2000 nació la idea de investigar la historia de Guardia de Hierro: «El punto central era saber si Alejandro Gallego Álvarez aceptaba hablar conmigo. En la primera reunión se quedó impactado. Logramos un vínculo fuerte. Era un enorme autodidacta. Verborrágico. Podía habar de lo que se le ocurriera. Para ordenar la investigación le pedí trabajar sobre una transpolación del modo de reportaje de lo que era la Escuela de Estudios Culturales de Raymond Williams. Fueron dos reportajes base y sucesivas entrevistas. Eso me dio un handicap notable porque no conocía mucho del grupo».
«Alvarez tuvo un curioso encuentro con Perón«, comentó Tarruella. Junto a unos amigos, descansaban de una bicicleteada en los bosques de Palermo. Simplemente, apareció Perón acompañado de su asistente Renner, y se puso a charlar. El Gallego lo invitó a su escuela. «El Avellaneda, colegio secundario de Palermo, donde asistía junto a Silvio Soldán. Una tarde se realizó un acto y Perón, presidente de la República, llegó a saludar. Ahí nació la relación«.
Tarruella afirma que César Marcos fue un motor de la organización: «El había fundado la revista El Guerrillero. Por las caracteristicas de Marcos, los trataban de trotskistas. Por eso se les ocurrió un nombre que confundiera frente a los ataques permanentes. Allí nació Guardia de Hierro. Curiosamente, el abuelo de Álvarez había nacido en un pueblo gallego llamado A Guada. La Guardia en castellano». En esa línea fundacional incluye a Tristán, obrero con convicciones muy sólidas.
Tarruella recordó que «Alvarez había estado junto a Marcos en el conflicto del frigorífico Lisandro de la Torre. Año 1959. Guardia era una organización que trabajaba paralela a la Juventud Peronista, junto a Gustavo Rearte y Eduardo Gurrucharri. Una suerte de anarquismo peronista. La idea central era reunirse con Perón. Esto se produjo en 1968. Los Guardia fueron con la idea de una fuerza guerrillera. Tenían la experiencia de las FAP de Cacho El Kadri, pero Perón les hizo una jugada increíble: los mandó a la embajada cubana durante una semana. Como nadie les dio bola, volvieron a Puerta de Hierro. Allí los volvió a esperar Perón. Le dijeron que los cubanos nunca los llamaron. Perón sonrió y les dijo que tenía una idea para ellos y los incitó a convertirse en una agrupación de cuadros. Formarlos y dispersarlos. Perón no quería organizaciónes filo-mercantil-políticas. Por eso se puede decir que Guardia de Hierro nació de una idea de Perón».
«En esa época se fueron incorporando elementos de Praxis, el comunismo y el nacionalismo. Un espectro amplísimo. En un momento dado, Guardia tuvo más de diez mil cuadros. También surgió la crisis con Perón. El General necesitaba que sus mejores cuadros estuvieran dentro de su futuro gobierno. Pero tanto Montoneros como Guardia rechazaban esta idea. Por eso, cuando Alvarez viajó por segunda vez a España, Perón no quiso recibirlo», recordó el escritor.
La histórica controversia Guardia de Hierro-Montoneros en el centro de escena. Tarruella afirma que en un comienzo existió una convergencia «como aquel famoso acto del 9 de junio de 1972 en la Federación Argentina de Box. Pero también hubo mucho recelo. Con el peronismo en el gobierno se produjeron las grandes diferencias. Montoneros no dejó el proceso armado y en ese sentido, Guardia tenía una posición mucho más cercana a El Kadri«.
Finalmente, la relación Bergoglio-Guardia. El escritor expresó que el nexo real fue Amelia Podetti: «Con ella Bergoglio tuvo relación franca, no así con la organización. Tanto es así que Bergoglio nunca se entrevistó con Perón. Lo que hay que destacar es que Bergoglio tuvo una actitud muy digna durante la dictadura. El ejemplo más claro fue lo que sucedió en la Universidad de El Salvador. Cuando la Orden ordenó eliminar todas las pertenencias privadas en casa de altos estudios, año 1978, Bergoglio debió salir de la misma. Para proteger a mucha gente dentro del peronismo, como Horacio González o Chacho Álvarez, les brindó cobertura. El tenía relación con un grupo de Guardia y trabajó con ellos para que se queden a cargo de la Universidad»
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