
Leandro Albani, periodista de Resumen Latinoamericano, dialogó con Punto de partida acerca de la situación en Siria, luego de que el gobierno de Bashar al-Asad anunció el final de la batalla de Alepo y la derrota de los grupos terroristas de la oposición siria.
Según Albani «tras la liberación militar de Alepo occidente está tratando de ganar en los medios de lo que perdió en el campo de batalla. Intentan instalar que Siria y sus aliados están masacrando civiles, cuando Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se callaron ante las masacres cometidas por los opositores al gobierno de Bashar al-Asad».
Luego Albani describió a las fuerzas en pugna y señaló al que según él es el gran derrotado de la batalla: «La reconquista es obra del ejército sirio, Hezbollah, Irán y Rusia básicamente. También hubo unidades de la guerrilla kurda que pelearon contra los grupos terroristas. De todos modos el Estado Islámico tenía poca presencia en ese área. Este resultado es un golpe principalmente para Estados Unidos, que en todo momento intentó proteger a los grupos irregulares armados hasta último momento, y porque desde que empezó la guerra su objetivo siempre fue derrocar al gobierno y dividir al país en tres pedazos».
Finalmente Albani ofreció su punto de vista acerca del asesinato del embajador Andrei Karlov:
«El ataque, más allá de lo impactante de las imágenes, parece que se relaciona con un ajuste de cuentas interno de las fuerzas armadas turcas y del gobierno del presidente [Recep] Erdogan. Recordemos que es un gobierno muy reaccionario, por lo tanto ha formado ha mucha gente en las ideas más retrógradas del Islam. Adentro de ese gobierno hay tensiones y disputas. Entonces cuando Erdogan da medio paso para atrás en sus planes, es decir cuando se sienta a negociar con Rusia, moviliza en su contra a los sectores más reaccionarios de sus aliados, como se vio con el intento de golpe de estado. Me parece que el atentado contra el embajador tiene que ver con esta situación».
«Hace un año hubiera sido más grave la situación porque las relaciones entre Rusia y Turquía estaban cortadas y el ejército turco había derribado un avión ruso en territorio sirio, lo que generó una crisis muy grande. Los rusos mantienen la calma porque una escalada tendría repercusiones en Siria, y la política de [Vladimir] Putin en este momento es abrazar y contener a Turquía, al menos con respecto a esa región».
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