Por Carlos Aira *
El fútbol argentino es el más competitivo del mundo. Sin dudas. ¿No es vistoso? Yo diría que no goza de buena fama. Acá sucede algo que en los grandes campeonatos del mundo – ese mundo que siempre idealizamos – no sucede: se compite. Los chicos se consagran campeones y postergan a los grandes. La semana pasada se dio algo singular: los cinco grandes ganaron en la misma jornada. Una semana más tarde, tan solo San Lorenzo se llevó los tres puntos.
En nuestro fútbol los chicos no solo pelean: lo hacen sin complejos. Un dato estadístico: En los 45 partidos disputados por el campeonato de primera división, tan sólo en cuatro un equipo convirtió tres goles o más. Anoten: Tigre 0-3 Estudiantes, River 4-1 Banfield (1ºfecha), Boca 3-0 Belgrano (2ºfecha) y Aldosivi 1-3 Banfield (3ºfecha). Tiene una explicación: en el campeonato de los cuatro descensos, hay diez equipos implicados. Nadie regala nada.
River no pudo con San Martín de San Juan, a pesar de ir ganando y tener un Monumental a la expectativa. Boca Juniors no sostuvo la victoria parcial y se volvió con un punto de Mendoza. Independiente mantiene el buen pie igualando sobre el final ante un Quilmes que fue todo garra. El Racing de Zielinski aún busca alguna forma de juego. Mientras tanto, despacito y por las piedras, como quien no quiere la cosa, Estudiantes de La Plata es el único líder del certamen.
Los platenses tienen puntaje ideal. Tres jugados, tres ganados. El sopapo que significó la eliminación de la Copa Sudamericana lo superó ganando en Tucumán, una plaza dificil. Ah, y en la quinta fecha, se viene el clásico platense en 60 y 118…
* Conductor de Abrì la Cancha. La Señal Fútbol. www.xenen.com.ar
