Así definió Víctor Manuel Rabuñal – aquel talentoso volante uruguayo que brilló con la camiseta tatengue – al clásico de la capital provincial.
Entrevistado por Carlos Aira en Abrí la Cancha, Rabuñal recordó la mítica final de ascenso de 1989 que enfrentó a Unión y Colón: «Fue algo hermoso en una ciudad hermosa. Ya es historia, pero fueron momentos inolvidables. Viví esos días en forma apasionada. Sabíamos lo que nos jugábamos, porque si perdíamos, nos teníamos que ir de la ciudad. Tanta fue la presión que nos hicieron concentrar cuatro días en Paraná. Pero no sólo nosotros, también los muchachos de Colón lo vivieron así».
Rabuñal dio cuenta de la jerarquía de aquel equipo unionista para sobrellevar la presión reinante: «La cancha de Colón era dificilísima. Encima era invierno y no tenía pasto. Había que jugar ahí. Metían mucha gente y presión. Encima tenían un gran equipo con jugadores de la talla de Raul de la Cruz Chaparro, el zurdo Verdirame, Guillermo Nicosia o Javier López. Pero nosotros lo resolvimos con un plantel de experiencia, ya que contábamos con Roberto Passucci, el Potro Echaniz, Mario Alberto, José Pepe Castro entre otros…»
El talentoso volante oriental aun sigue recibiendo felicitaciones de nuevas generaciones tatengues que mantienen su recuerdo a través de las redes sociales: «la gente de Unión me sigue recordando. Me escriben por facebook. Es impresionante. Se acerca la fecha del clásico y se vive con mucha pasión. ¡Es Unión-Colón!»; y se despidió con un pronóstico inapelable para el clásico: «¡El sábado gana Unión!».
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