Antxón Otaño, vasco hincha del Osasuna, conversó con el equipo de Abrí la cancha sobre la experiencia de los clubes convertidos en sociedades anónimas deportivas, tema abordado a propósito de las declaraciones del presidente Mauricio Macri, quien expresó recientemente su deseo de implementar dicho sistema en el fútbol argentino.
En primer término Otaño explicó que varios clubes han desaparecido desde que en 1992 se decretó en España la obligación de los clubes de convertirse en empresas deportivas: «Ahora mismo tenemos el Decano del fútbol, el Recreativo Huelva, con una colecta para intentar quitarle las acciones al cacique que compró el equipo y despilfarró el dinero fichando jugadores, gastándoselo en sus cosas y falseando las cuentas. La afición está haciendo todo lo posible por salvar al Recreativo con el apoyo popular, pero perdieron todo su poder».
Luego explicó detalladamente el funcionamiento del modelo privado y sus consecuencias: «Si tu economía está mal se crea una sociedad anónima deportiva y se venden acciones de ese club. Todos sabemos cómo funcionan los sistema especulativos en la bolsa. De repente toda la gente que compra acciones les a un montón de dinero a los clubes y estos pueden salir a flote, pero el poder del socio, del aficionado o del hincha se pierde porque al final todo el capital viene de afuera, de gente que a lo mejor ni siquiera le interesa el equipo. Es una manera de lavar dinero, de todo. La única posibilidad que te queda para ser socio partícipe de una sociedad anónima deportiva es comprar acciones. Todo se divide en acciones como si fuera una empresa que cotiza en bolsa. Para poder tener poder tienes que poseer un mínimo de acciones, que lógicamente los dirigentes ponen ese número de acciones muy alto para que solo la elite pueda participar en la toma de decisiones.»
Para concluir, Otaño describió el caso del Osasuna, equipo que pese a sus graves problemas se resiste a perder su carácter de club: «No hemos tenido los mejores dirigentes de la historia de Osasuna. Nos han hecho vender todo el patrimonio del club y tal por endeudarse pagando fichas muy altas. Un club chico con el presupuesto de Osasuna no se puede permitir esos contratos. Entonces el endeudamiento aumenta, aumenta, aumenta, aumenta, y al final la pelota es tan grande que ya no se puede salvar. La única manera que tuvimos fue dar en dacción por la deuda la propiedad del estadio, y la propiedad de todos los campos de entrenamiento. Pero la conversión en sociedad anónima deportiva no es nada bueno, porque a pesar de todo nosotros como socios elegimos nuestros socios compromisarios [N. del R.: representantes de socios en la dirección del club.]. Actualmente, a pesar de que estamos en una malísima situación, nosotros seguimos siendo por nuestros representantes en las reuniones con la junta directiva los que decidimos como hinchas del club si queremos que se aprueben los presupuestos, que el dinero vaya para un lado, que el dinero vaya para la cantera, que el dinero vaya para la fundación del club o para lo que sea. Pero desde el momento que aparece la sociedad anónima deportiva el hincha simplemente es un instrumento que quiere el club para que aliente o para que asista al campo. Nada más. Mientras el club sea de los hinchas el club siempre se preocupará de los hinchas, pero cuando el club deja de ser de ellos ya jamás el club se preocupará de ellos.»
Además Otaño repasó antecedentes sobre el mal funcionamiento de los clubes antes de su privatización y brindó algunos ejemplos de qué pasa en la liga española actualmente más allá del brillo publicitario.
MG / GF / RG