Ricardo Ragendorfer, periodista especializado en temas policiales, conversó con Abramos la Boca acerca de la fuga de los hermanos Lanatta. «Ante todo es un hecho absolutamente sorprendente y desde el punto de vista institucional algo inoportuno. En tal sentido las personas encargadas de investigar este asunto repiten una y otra vez ‘No descartamos ninguna hipótesis’. Eso en buen romance significa que no tienen absolutamente ninguna pista de cómo sucedió esto» indicó.
Añadió que «desde luego las hipótesis que más suenan son el pago de favores, una maniobra del Servicio Penitenciario Bonaerense para marcarle la cancha a las nuevas autoridades y también se habla de la mano negra del narcotráfico. Con respecto a esta última hipótesis, el tema del narcotráfico se enarbola en estos casos como una excusa casi protocolar. Estas personas que se fugaron poca relación tenían con el narcotráfico. Si tenían relación con un señor que vendía efedrina, que es ese Pérez Corral, sindicado como el autor intelectual del triple crimen».
Con respecto al pago de favores explicó que «puede ser que haya algo de eso, aunque como pago de ese favor, (la participación de los hermanos Lanatta en aquella operación de prensa prelectoral que tuvo como propósito desprestigiar a Aníbal Fernández) yo diría que es extremadamente caro. Entonces habría que ver si eso tiene visos de verosimilitud. De lo que no cabe duda es que estas personas no pudieron escaparse sin la colaboración del servicio penitenciario o por lo menos de funcionarios del servicio penitenciario».
«Como prueba de la enorme (y dramática yo diría) improvisación del nuevo gobierno en la materia está el hecho de que no tenían reemplazo para las autoridades del servicio penitenciario. La funcionaria que encabezaba el servicio penitenciario bonaerense, esta chica [Florencia] Piermarini, había presentado su renuncia el 10 de diciembre y no se la aceptaron porque no tenían a nadie. La cúpula que el nuevo gobierno anunció con bombos y platillos que había removido a una cúpula que se quería remover sola», puntualizó Ragendorfer.
Su charla en la Gráfica concluyó así: «De golpe, de buenas a primeras esta gente se encuentra con una fuerza de seguridad, el servicio penitenciario, que se autofinancia y se autogobierna. Lo mismo pasa con la bonaerense. Si algo la historia de los últimos años enseña es que tanto la policía bonaerense como el servicio penitenciario son dos estados dentro de un Estado. Y es muy difícil llevar adelante una política de seguridad sin tomar en cuenta eso. Mientras tanto hablan de narcotráfico, que es casi ya un lugar común para ocultar la propia incapacidad de llevar una política de seguridad adelante.»
MG – GF – RG
