El resultado electoral de la segunda vuelta, la asunción del nuevo Gobierno y el rol del peronismo en la oposición, visto desde la llamada “grieta” tras el reportaje realizado a Roberto “Pajarito” Grabois, histórico dirigente peronista, tuvo lugar en el programa De Acá para Allá, por la Gráfica. Esos son algunos de sus fragmentos de la entrevista.
“A fines de los años 60 participe en los signos de los tiempos en la Universidad que fue el proceso de nacionalización del estudiantado. Y antes las reiteradas proscripciones del peronismo, a preguntarnos por qué los partidos de izquierda nos hablaban de una clase obrera en abstracto, y que nunca conocimos, cuando los trabajadores estaban relacionadas al movimiento de Juan Perón. Tuvimos que indagar en Forja, en Arturo Jauretche, en Hernández Arregui, en Abelardo Ramos y en Rodolfo Puiggros y comprender la situación”, señaló Grabois.
El dirigente recordó sus tiempos frente al FEN (Frente Estudiantil Nacional) y su detención poco después del estallido del Cordobazo: “mantuvimos un vínculo con los trabajadores a través de la lucha que dimos ante la dictadura de Onganía. Por eso recuerdo a esa especie de “universidad” que fue la cárcel de Villa Devoto, en la que estuve preso 8 meses con los dirigentes de la CGT de los Argentinos que dirigía Raimundo Ongaro”.
Autor del libro «Memorias. De Alfredo Palacios a Juan Perón de 1955/1974”, también se refirió a las elecciones, la asunción del presidente electo, Mauricio Macri y el rol del peronismo, Grabois manifestó que “hablar del futuro, es más de un mago que un viejo dirigente del peronismo. Pero hubo muchos errores. Los reclamos de la provincia de Córdoba al Gobierno nacional fueron muy mal atendidos. Y eso caló hondo en el pueblo cordobés. También es responsable en esto el ex compañero, el gobernador José Manuel De la Sota. Se generaron distancias que abrieron las puertas para que se reviva el viejo radicalismo de los intendentes, que le diera gran cantidad de jueces a la dictadura militar. Y Córdoba sintió ese conflicto. Solo así se entiende que ganará Juan Schiaretti hace cuatro meses atrás y luego se obtuviera una respuesta tan catastrófica en la segunda vuelta”.
Para Grabois, ex Consejero Nacional del PJ, “hay que construir en el país una conducción estratégica y global, que no tenga el espíritu sectario de los últimos tiempos. Que surja del debate con dirigentes que no sean colocados a dedo. En 1988 por los principios de la renovación peronista, y aun contando con la mayoría absoluta para ser el único candidato y seguro ganador de los comicios a presidente de la Nación, Antonio Cafiero aceptó confrontar con Carlos Menem a través del voto directo de los afiliados al Partido Justicialista. Y si bien fue derrotado, Cafiero consideró como un triunfo esa actitud del movimiento”.
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