
Así lo expresó Armando Vidal, decano del periodismo parlamentario, en relación con Congreso de la República desde el próximo 10 de diciembre.
En diálogo con Carlos Aira y Carla Pelliza en Desde el Barrio, Vidal analizó: «Hay que tomar como concepto que las elecciones presidenciales son terminantes. Uno gana y otro pierde. Las elecciones en el Congreso tienen la particularidad que nunca son definitorias. Es como el rugby, se avanza de a poco. Así se arman y desarman los poderes. Si Macri ganó y tiene su elenco de gerentes ocupando sus carteras y así lo decidió, el Congreso es el retrato de una política previa a Cambiemos. Los empresarios están en el gabinete no en el congreso. Los empresarios nunca ocuparon las bancas, salvo Héctor Siracusano, liberal de la UCD, único ejemplo».
Vidal recordó como el peronismo cambió la correlación de fuerzas luego de la derrota de 1983, y el futuro Congreso que necesitaría Mauricio Macri en un futuro para llevar adelante medidas de fondo: «En 1983 cuando arrancó este proceso ganó UCR con el encanto de Raul Alfonsín y los errores peronistas en la elección de sus candidatos. En la Cámara de Diputados, los diputados radicales eran 129, el peronismo puso 111 en sus bancas y el control del Senado. Diez años después, en 1993, el Congreso que declaró la necesidad de reforma, el peronismo tenía 128 y el radicalismo 83. Estos datos indican que las cosas cambian despacio en el Congreso. Como en el rugby, cuando se pelean por centímetros. Macri no puede avanzar si quiere llevar adelante su idea con este congreso. Necesitaría ganar varias elecciones y no le alcanzan los mandatos. Nunca tendrá el poder para controlar el Congreso. Es muy importante una línea de negociación. Néstor Kirchner la designó como Toma y Daca. Macri tiene todo salvo el Congreso. Está lejos de tenerlo».
Consultado sobre las alianzas que buscará Cambiemos, Vidal fue claro: «Una alianza entre Macri y Massa será inevitable. Las negociaciones comprenden a iguales, parecidos, semejantes y diferentes. Es razonable que Sergio Massa apoye a Maria Eugenia Vidal que está sola. Es natural que lo haga desde el Congreso. Pero deberán convencerlo. El programa de Macri se parecerá a lo que sugería Scioli: no grandes cambios, graduales. Los bruscos dejan afuera a un enorme sector de la población. Macri es presidente por el 51% de los argentinos. No se puede gobernar para pocos y empresarios. Todos será negociado y con espíritu de acuerdo. De ahí la importancia que tienen los presidentes cuando participan en la elaboración de listas, como circunstancias desfavorables. Voces calificadas para tiempos difíciles».
Ernesto Sanz declaró que al gobierno no le temblaría el pulso para gobernar con Decretos de Necesidad y Urgencia. Vidal relativizó la afirmación: «Es factible que Macri gobierne con DNU. Tiene a favor los grandes medios. Hablarán de gobernabilidad. De oposición obstinada de Cristina o La Cámpora. No hay que subestimar el recurso del DNU. Carlos Menem usó los DNU para completar sus procesos de privatizaciones, pero el Congreso reaccionó mal. El Congreso le rechazó a Cavallo cada vez que intentó cambiar la ley de patentes. .Si Macri desea gobernar con DNU, por más que lo apoye Clarín y la Nación, su desgaste será terrible. En el Congreso están los actores con los cuales tendrá que negociar.
Una cosa es vetar una ley, otra es ejercer el poder equivalente a las facultades delegadas haciendo una ley contra el propio congreso. La Legislatura o Congreso está en condiciones de rechazar el veto con mayorías especiales. Le pasó a Carlos Menem».
Finalmente, el Decano del Periodismo Parlamentario argentino observó la situación de la Unión Cívica Radical: «La UCR siempre hizo lo mismo. Ya lo hizo en los años treinta. A pesar de haber sido víctima del Golpe de 1930, durante el gobierno de Justo estaba participando de la Concordancia. En 1946 estuvo aliado con los mismos que la actual alianza Cambiemos. De modo que la UCR generará sus espacios, ganó lugares. La UCR no se distingue por buscar modificar una realidad sino atenuar algunos desvíos de poder. Pero no para llegar al gobierno para cambiar. Ahora formaron parte de la coraza conservadora por afuera de la democracia, los grupos de presión. Con esa coraza tendrán puestos y bancas».
CA / GF / RG