
Carlos Rodríguez Almaguer, historiador cubano, definió como «histórico» a este lunes 20 de julio, día en que la bandera de Cuba volvió a flamear en su embajada en Estados Unidos.
Entrevistado en Abramos la Boca aclaró que lo dice como «un cubano que nació dentro de esas relaciones truncas que se dieron a partir del años 1961» y en esa línea reflejó que «el 70% de la población cubana nació en medio de ese diferendo histórico».
En diálogo con Alicia Lado, Marcela Portillo y Ramiro Coelho reveló que a pesar de que «esas relaciones tensas han acarreado grandes dolores al pueblo cubano» a esta instancia «hemos llegado con la dignidad intacta». Además del «poder de resistencia del pueblo cubano y la sabía dirección que se ha mantenido en este medio siglo» también destacó «la solidaridad internacional que ha despertado esa manera de defender la autonomía, la identidad, la cultura y la autodeterminación».
El docente en historia hizo mención a que «el diferendo nuestro no ha sido con el pueblo de Estados Unidos, sino con el gobierno que ha regido ese gran imperio». En ese sentido ratificó «no somos un pueblo de odio, somos un pueblo de paz, preferimos ser artistas antes que soldados» pero la condición de «ser un pueblo pequeña y estar a 90 millas del imperio más grande de la tierra nos ha llevado a ser poetas y soldados al mismo tiempo».
Una curiosidad relacionada a la reapertura de la embajada cubana en Estados Unidos tiene que ver con la bandera desplegada encima de ella, ya que es la misma que se usó hace 54 años y estaba siendo conservada en un museo. «Los pueblos han sabido guardar como un tesoro aquellas cosas que, en determinado momento, pueden erigirse como un simbolismo», reflexionó al respecto.
Sobre como sigue la relación entre ambas naciones tras este puntapié inicial, el cubano analizó que «tener buena voluntad no implica amnesia histórica» contextualizando que «en 200 años las relaciones han sido por lo general tensas, como en los últimos 54 años, o de sometimiento». Teniendo en cuenta esos antecedentes consideró que éste «es un momento de empezar un nuevo tipo de relación en igualdad de condiciones y respeto mutuo».
La distancia que ha habido entre Cuba y Estados Unidos en la última era ha tenido sus consecuencias para el pueblo cubano. «Los cubanos no hicimos la revolución que queríamos, hemos hecho la revolución que hemos podido en gran medida por causa del terrible bloqueo económico, financiero y comercial al que nos ha sometido el gobierno de los Estados Unidos durante los últimos 50 años», relató el historiador. A su vez estimó que «un levantamiento del bloqueo sería un factor muy positivo para las transformaciones económicas que hace Cuba».
«Gracias a la revolución, el pueblo cubano ha desarrollado un olfato político y una fortaleza cultural que lo pone a salvo de los peligros que pudiera entrañar este acercamiento del gobierno de los Estados Unidos hacía Cuba», sintetizó.
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