Alberto Santoro, titular de Arenera Pueyrredón y ex presidente de la Cámara Industrial de Avellaneda, estuvo presente en Desde el Barrio.
En una larga entrevista realizada por Carlos Aira y Carla Pelliza, el reconocido empresario se metió de lleno en diferentes temas, como la realidad del nuevo cordón industrial de Avellaneda, la tecnificación industrial, educación y política.
Santoro afirmó que “Avellaneda ya no es un cementerio de fábricas gracias a la sustitución de importaciones. La vena industrial no se pierde. Quienes estamos vinculados con el trabajo y la industria tan sólo sabemos generar y emprender. En ese estado estamos. De hecho, han mutado las actividades industriales. Se tecnificó, generando nuevas alternativas. Se han reconvertido frigoríficos en industrias tecnológicas. A parte, algo interesante son los nuevos parques industriales que han logrado la fusión entre industria y ciudad a través de planes sustentables que permiten el disfrute general. Un ejemplo claro son los murales de las fábricas. Los pintan pibes carenciados en el marco de un programa llamado Envión. Allí aprenden a pintar murales. La intención es sacar a los pibes de la marginalidad y que aprendan un oficio. En este caso, muralismo. Nosotros los industriales tenemos convenios y los pibes pintan murales con la posibilidad de tener otra vida”.
En relación con la pauperización del tejido social que sufrió el cordón industrial sur durante décadas, Santoro entendió necesario “regenera el mismo, porque los industriales entendemos que los países crecen detrás del estudio, y luego ese estudio puesto al servicio productivo. Las aulas salvan a las personas de las tentaciones. En las aulas se amasa el país que queremos en un futuro. Entiendo que los industriales – desde Avellaneda – convenimos con la UTN y la UNDAV. De hecho, generamos una carrera de gerentes en línea. Lo que decimos es hacer alianzas estratégicas con conocimiento teórico, para cuando llegué el momento práctico, el estudiante tenga la oportunidad. Son prácticas profesionalizantes que venimos realizando en Avellaneda y creemos que funcionará porque los decanos y rectores están muy contentos con la experiencia”.
Sobre el momento político y social del país, Alberto Santoro opinó: “las sociedades avanzan, van aprendiendo. Vamos teniendo mayor información y práctica democrática. Me parece que la conducta social hay que correrla de la conducta individual. Voto desde 1983 y observo una sociedad madura al margen de resultados. A la persona que le toque dirigir los destinos de la Argentina, deberá continuar las cosas buenas por pedido de la sociedad más que por decisión ideológica. La sociedad exige. Eso lo vemos en las mismas empresas. La dirección de nuestra empresa hoy es diferente a los años de mi padre. La exigencia de la gente que trabaja es otra. Son profesionales preparados. Los equipos de trabajo son otros, al igual que los liderazgos. Todo va avanzando a mayor conocimiento e información”
Finalmente, un tema álgido: la relación entre el industrial y la sociedad: “cuando una industria quiebra o dejás de tenerla, generás anticuerpos que pueden parecer antipáticos. Hay que mirar la historia. La de aquellos que buscamos dar trabajo y producir. Generamos anticuerpos que tienen que ver con esa medida, ese tiempo y ese espacio. Hoy, la gran tarea que tenemos es cambiar la imagen del industrial. El viejo industrial es anacrónico. Ya no está el Director allá arriba y el resto abajo. La estructura piramidal de las empresas ya fue. Las empresas deben ser mas transversales o la pirámide achatada. Donde el productor de compartir con tu grupo de trabajo sea el resultado, no la soledad de la decisión. Somos seres humanos, nos podemos enfermar, y tal vez ese día tengo que tomar una decisión que atañe a cientos de personas. Eso ya suena anacrónico. Es algo que planteo dentro de la Unión Industrial y de mi empresa»
CA/GF/RG
