Mariano Moreno ya había partido en su misión diplomática a Inglaterra, los rumores en la ciudad señalaban que al señor Moreno, Saavedra lo iba a traicionar. No se sabía cómo ni cuando. En la ciudad Maria Guadalupe Cuenca, esposa del revolucionario, sabía que algo iba a salir mal. Los rumores así se lo hacen saber. La Carmen, la negra chica, esclava de la familia, cuestiona las palabras libertarias del patrón, la libertad para ella no es más que un anhelo posible, solo si triunfa la revolución. En éste contexto emerge la obra teatral 1811, una apuesta de la cooperativa Ensamble Rosa Padilla, que se exhibe todos los viernes de Julio en la Manzana De Las Luces.
El pasado viernes 3 de julio, Anibal Tamburri, director de la obra 1811, charló en Radio Gráfica sobre oferta teatral que desde el pasado mes sale a escena en la sala Ranchería, en el histórico edificio testigo de los acontecimientos del siglo XIX de nuestra joven patria. La obra, nos dice el director “es un rescate de la figura de la mujer en la revolución”.
En el programa Abramos La Boca, en dialogo con Mauro Cavallin y Alicia Lado, Anibal Tamburri nos cuenta que “1811 es un proyecto de Maria Peña, que me convocó para dirigirla. Maria ha trabajado sola y dirigiéndose sola y esta vez quería tener una mirada masculina sobre un personaje femenino” en ese sentido agregó “lo que intenté hacer con la dirección fue más que nada la de ir dándole una mirada externa, ir tratando de rescatar algunos conceptos de puesta en escena, una visión artística”.
Para Tamburri la obra tiene dos miradas que narran “la partida de Mariano Moreno vista desde la visión de su mujer, Maria Guadalupe Cuenca, que ha enviudado y todavía no lo sabe, pero lo presiente” y “desde un personaje de ficción, que es una esclava de la familia Moreno, que en nuestra obra se llama La Carmen, la negra chica, que tiene una visión también desde otro sector social. También para ella se termina la revolución, se termina de alguna manera la promesas de libertad que Moreno le había hecho; por qué la Carmen cree en todo lo que Moreno plantea desde sus ideales de libertad de terminar con la esclavitud, y que de algún modo presiente que ésto también se va a postergar. De hecho cuestiona si esta revolución es de todos o si es de un sector social nada más”.
La obra es una adaptación de la novela inédita “1811, las voces silenciadas de la revolución” de Gloria Menéndez, la cual para su director es “un rescate de la figura de la mujer en la revolución”, pero nos aclara que “si bien no es María Guadalupe Cuenca una revolucionaria que haya estado presente en las luchas de la revolución hay un montones de mujeres que la historia oficial borró, como Macacha Güemes, Juana Azurduy, montones de mujeres que han estado directamente en el campo de batalla y que en la historia oficial desaparecen”. También, la obra busca interpelar esa figura de la mujer de la historia con la actualidad: “y tiene que ver con la actualidad precisamente con todo este rescate que se está haciendo desde la cuestión de género y rescatar la figura de la mujer”.
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