
El Vasco Julio Jorge Carlos Olarticoechea es un protagonista de la historia grande del fútbol argentino. Campeón y titular en el mundial de México en 1986 y Subcampeón en Italia 1990. Pero además tiene la particularidad de haber vestido tres camisetas de peso en el fútbol local: Racing Club, River Plate y Boca Juniors.
En diálogo con Abrí la Cancha, el Vasco de Saladillo repasó distintos aspectos de su carrera, participación en Mundiales, anécdotas con Bilardo como protagonista, los superclásicos que se vienen para los próximos días y también de su actual rol como director técnico de las selección de fútbol femenina.
En días donde River y Boca hegemonizan diálogos en la vida cotidiana habló del partido en la Bombonera: “en principio, salió como lo había pensado. Iba a ser un partido así como salió, bastante presionado, con mucho ritmo y pocas situaciones”. También opinó respecto a lo que viene: “yo creo que el mejor partido va a ser el tercero. Ahí es donde algún equipo se va a tener que jugar, ahí va a haber más espacios y ése va a ser el más atractivo”.
Consultado sobre cuál es el equipo al que ve mejor para sortear la ronda contestó: “viéndolo y analizándolo en frío, Boca se reforzó bien y eso hace que tenga mejor banco. Entonces, a la hora de hacer cambios, capaz que no se resiente el equipo. Al contrario, se potencia como pasó ayer. En cambio, River por ahí tiene jugadores en bajo nivel en este momento; que no están como hace un tiempo atrás y eso lo siente el equipo”.
Olarticoechea nació futbolísticamente en Racing debutando en 1976. Jugó allí hasta 1981 y luego regresó en un segundo período entre 1986 y 1990. En el diálogo remarcó su identificación con esos colores por todo lo vivido allí. Acerca del presente de la Academia dijo “Racing ha armado un buen plantel, tiene un técnico joven que trata de hacer jugar bien al equipo y eso es bueno. Está equilibrado en sus líneas. El equipo tiene muchas ganas y, a veces, por ahí no juega bien perosiempre aparece Bou que está enchufadísimo”.
En el diálogo demostró un cariño especial por la Academia más allá de haber también vestido otras camisetas importantes: “Racing fue el que me dio la posibilidad de iniciarme en inferiores. Yo pongo siempre de ejemplo que hacer mi primera casa, la casa de mis viejos. Yo era de una familia humilde, no nos faltaba de comer pero era muy precaria y quien me dio la posibilidad de hacer una casa normal fue Racing. Entonces, eso no tiene precio. No me puedo olvidar de ese detalle”.
También opinó sobre la actualidad del fútbol argentino y sobre el recambio de directores técnicos que se viene produciendo en los últimos años en el fútbol: “La camada de técnicos jóvenes viene apuntando bien. Se ve que son trabajadores y que intentan jugar, eso es lo bueno”. En contraposición también mencionó su preocupación por otros aspectos: “no veo que hay jugadores que hagan la pausa. Hay un momento del partido en que los jugadores pueden hacer una pausa, darle un pase al compañero. Lo escuché el otro día justamente a Almeyda que un jugador de primera no puede salir jugando de atrás porque no arriesga o no sabe dar un pase; ¿cómo no va a saber dar un pase? A veces está en los técnicos darle la confianza para salir jugando. Pasa que a veces se juega muy frontal, con muchos pelotazos y entonces eso hace que, por momentos, parezca un partido de ping-pong. Pero eso está cambiando un poquito y ése cambio lo produce el Barcelona por su forma de jugar, al margen de que tiene figuras extraordinarias. No es necesario que sea un jugador de 20 millones de Euros para darle un pase a un compañero y que ése compañero la pare, se perfile bien y se la dé a otro”.
Uno de los desafíos que ha tomado el Vasco Olarticoechea es haberse convertido en el entrenador de la selección femenina de fútbol de nuestro país. Consultado acerca de la experiencia respondió:”es buena. Me tocó y la acepté. Es un desafío. No es algo nuevo porque es fútbol pero algunas cosas tenés que modificar. De todos modos está bueno porque las chicas tienen una pasión increíble. Juegan por pasión y no por plata. No tienen a futuro un pase millonario entonces es más valorable lo que hacen ellas”.
En lo referente al nivel de juego que observa en el fútbol femenino local dijo: “el nivel es bueno pero estamos muy lejos de las potencias. Estamos en el puesto 35 en el mundo. Pero estamos trabajando, con ganas de mejorar; lo que pasa es que hay muchas cosas que escapan a mí, al grupo, a la Selección. En principio, tendrían que mejorar los campeonatos. Después, no hay inferiores como en los varones. Hay una sola categoría que es la mayor. No hay formación. Las chicas vienen de los potreros, de la canchita y van a los clubes ya para jugar en primera; estamos dando unas ventajas increíbles”.
Fue inevitable que en la charla no surgiera el nombre de Carlos Salvador Bilardo, No sólo en el plano deportivo, si no por las anécdotas que suelen contarse acerca del ex director técnico de la selección argentina. “Con Bilardo se rompió el molde. Te guste o no, fue un distinto. A veces era insoportable, en el buen sentido de la palabra. Trabajaba demasiado para la media del fútbol. Nosotros no estábamos acostumbrados a tanto estudio, videos. Él fue un adelantado, al menos de los que tuve como DT y uno rescata un montón de cosas. Algunas no me gustaron pero sí en la parte táctica o en el ejemplo que daba. Él llegaba primero y era el último en irse. Y era increíble la energía que tenía”.
Una de las prácticas que Bilardo introdujo en el ámbito local fue el estudio de los rivales mediante los videos, toda una rareza en aquellos años. Olarticoechea hoy lo recuerda con gracia: “eran 3 horas de video. Era mirar partidos, algunos aburridísimos. Pero cada partido tenía un detalle que él destacaba y, para llegar a ese detalle, capaz que te comías 80 minutos y, en el 81, estaba el detalle que quería mostrarnos”.
En cuanto a las locuras y obsesiones de Bilardo contó uno que lo describe muy bien acerca de una curiosa charla técnica en una autopista camino a Saladillo, su pueblo natal: “Me estaba esperando en el peaje después de terminar un partido con Boca. Yo había renunciado a la Selección en el 84 y esto fue en el 86, a 2 meses del mundial. Entonces, Pachamé me dijo que quería darme una charla Bilardo y que me esperaba en el peaje de la autopista. Pasé por el peaje, me hizo señas, bajó a 2 cuadras. Buscó un ladrillo, dibujó una cancha en la pared de una casa y me hizo una charla técnica. Única. Él solo puede hacer una cosa así”.
Olarticoechea integró los planteles de los mundiales de 1982, 1986 y 1990 siendo protagonista en los últimos dos. Consultado acerca de los momentos claves en los mundiales del 1986 y 1990 respondió: “en el 86 hubo varios momentos claves. Por ejemplo, algunas charlas no fuertes pero sí discusiones que quedaron entre nosotros. Eso potenció al grupo. Y después, el partido con Inglaterra fue el toque final. A partir de ahí, cuando pasamos a Inglaterra, sabíamos que íbamos a ser campeones del mundo. No se nos pasó por la cabeza que íbamos a perder el mundial”.
El Mundial de Italia tuvo menos brillo aunque no menos épica pese al subcampeonato :”En el `90 la bisagra fue el partido con Brasil donde, sin jugar bien nos pelotearon y pasamos como pudimos. Después de pasar a Brasil nos tocó Yugoslavia que era bravísima. Tenían un equipazo. Yugoslavia después se dividió en varios países. Tenía unos jugadores tremendos. Pasamos por penales con una gran actuación de Goyco. Después vino Italia de local que era el favorito, que todos decían que era el campeón y ahí jugamos el mejor partido del mundial. En el alargue, en los últimos 15 minutos, jugamos con uno menos porque lo echaron al “Gringo” Giusti. Llegamos a la final diezmados. Nos habían amonestado a Cani, a Checho y a mí que no pudimos jugarla. De ese partido contra Italia el centro que le tiré a Cani (terminó en gol) fue el mejor centro de mi vida”.
También recordó más momentos del Mundial del `90, en el segundo partido tras haber comenzado con una derrota ante Camerún en el inicio de la Copa. “En el 90 contra URSS, si perdíamos nos volvíamos. Ahí la anécdota con Bilardo es que nos reunió a todos el día anterior y nos dijo:`Si vamos a perder mañana que se caiga el avión`. Te imaginás la presión que teníamos. Contra URSS fue uno de los mejores partidos que jugué y, después, contra Italia. Y eso me quedó grabado”.
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