El fallecimiento de dos niños en un incendio producido en un taller textil clandestino en el barrio de Flores visibilizó el problema de los controles de la ciudad.
En Desde el Barrio se entrevistó a Edgardo Castro, Inspector Ingeniero en la Ciudad. Consultado sobre el taller siniestrado de la calle Terrada: «Hubo una denuncia realizada en septiembre de 2014 que estuvo gestionada en el organismo correspondiente que es la Dirección General de Protección del Trabajo. Pero acá hay una cuestión real: hay una estructura de talleres clandestinos y debería existir un plan de regularización de la situación. ¿Pero qué sucede? Todas las denuncias la recibe el director de la Dirección y éste la notifica al denunciado. El dueño del taller tabica la puerta y no permite el acceso de nadie. Es una cadena perversa donde se mezcla impunidad y corrupción. La ciudad se encuentra en estado de total indefensión ante los organismos de control».
En diálogo con Carlos Aira y Carla Pelliza, el inspector remarcó «nosotros hacemos la instrucción y solicitamos los allanamientos, pero el problema es que la ciudad no los gestiona. El ejemplo claro es Iron Mountain. ¿Me van a decir que Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta no sabían lo que pasaba allí? ¿No sabían que teníamos que concurrir con una orden de allanamiento? Es en forma deliberada como trabaja el gobierno de la ciudad. Si la policía sospecha de una cocina de cocaína, solicita al juez un relevamiento. En un taller clandestino, sospechamos, vemos la entrada de material y la policía no ejerce su poder porque el juez no le da la orden«.
Castro fue a fondo: «hace días que vengo trabajando en consorcios y no voy a talleres clandestinos. Así el gobierno puede decir que se realizan cincuenta mil inspecciones por año. Ese es el número que sale por la prensa. Pero lo cierto es que existe una organización ilegal estructurada que necesita la pata del gobierno para trabajar en la clandestinidad. Si no, no hay negocio. Acá hay un responsable directo que es Fernando Maschi, Director general de la Comisión de Protección del Trabajo. Porque en el gobierno anterior hubo un caso similar en el barrio de Flores y debió renunciar el responsable directo. Te apuesto que nadie le va a pedir la renuncia…»
Finalmente se le preguntó a Castro sobre una posible connivencia entre el gobierno porteño y la justicia en relación con la figura de Juliana Awada, mujer de Mauricio Macri, y titular de Cheeky, marca textil denunciada por explotación: «La justicia es funcional. Cualquier tipo que piense un poco lo sabe. SI vos ocultas un galpón de 10.000m2, imaginate lo que podés hacer con un taller clandestino. Es una connivencia de negocios privados sostenidos por una estructura que funciona para eso y seguirá funcionando. Es una estructura perversa y corrupta».
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