Así lo planteó el analista internacional y sicoanalista Oscar Abudara Bini en Patria Grande Latinamericana.
Entrevistado por Gabriel Fernández y Jorge Thierbach, Abudara reflexionó en relación con las declaraciones de Mario Cafiero que profundiza la hipótesis del suicidio: «Es muy bueno que nos estemos agrupando los especialistas. En estos días, Federico Bernal publicó un libro titulado ´Caso Nisman. La trampa de una denuncia insostenible´. Federico ha estudiado fuertemente la denuncia Nisman. Porque tanto él, como Mario Cafiero, Juan Gabriel Labaké y quien habla con ustedes, somos sensibles a lo nacional.»
Precisó que «nos encolumna Malvinas o el problema energético. Mario Cafiero es un investigador muy serio. Hace años viajó con el Padre Farinello a Irán. Allí semblanteó a los acusados. Mario tenía un estudio sobre las falsas acusaciones de Nisman a los iraníes. Volvió convencido que las pruebas eran falsas. Mario y Farinello fueron condenados a la hoguera medieval. Sucede que desde antes de Argenlinks, que Nisman era un fiscal del poder judicial norteamericano-israeli. Tanto es así que sus originales los corregían desde afuera».
Consultado sobre el contexto internacional, Abudara consideró «que la muerte de Nisman no puede desvincularse del conflicto Estados Unidos-Israel-Irán. Indudablemente la actuación del fiscal fue funcional al Estado de Israel. Tenemos que comprender algo: en Estados Unidos convive un lobby judio que demoniza a Irán y otro sector que encabeza el presidente Barack Obama. Luego de la firma de los compromisos del Grupo de los Cinco con Irán, el mapa geopolítico cambia y es necesario precipitar acciones que demonicen aún más a Irán».
En su faz de psicoanalista, Abudara Bini reflexionó: «La trayectoria psicológica puede generar una decisión para la derecha o izquierda que se define cuando se llega a la conclusión radical del hecho. En la causa AMIA lo tuvimos preso al comisario Revelli. Se le trazó un perfil psicológico. El mismo daba el de un terrorista puro. Yo decía que no podía ser asi. Luego se demostró que era un chanta, pero no terrorista»
Y concluyó de este modo: «Yo no sé si Nisman se suicidó. Hay tres tipos de suicidio. El puro, el inducido y el compulsivo. Pensemos que Nisman era el heredero de la causa AMIA. Tenía más poder que Galeano. En diez años realizó denuncias truchas a raudales y no lo corroía la mentira. Hay mucho indicio para pensar que ganó fortunas cobrando por izquierda. Tenía poder absoluto. Era Gardel y Lepera. Lo peor que le podía pasar era presentar esa denuncia a la cual el gobierno lo haría pomada y la oposición lo sostendría como un héroe. No lo veo quebrándose como un héroe moral».
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