El 20 de junio se conmemora el Día de la Bandera Argentina, en recuerdo a su creador Manuel Belgrano que falleció esa misma fecha de 1820. Mara Espasande, historiadora, docente en la Universidad de Buenos Aires e investigadora en la Universidad Nacional de Lanús, comentó en Punto de Partida cuestiones interesantes relacionadas a la historia del prócer y la creación de la insignia patria.
En primer lugar, hizo mención al concepto que tenemos sobre él. «La historia de Belgrano es apasionante porque como con tantos personajes ha sido muy tergiversada y mal contada. Entonces resulta una figura que quedó en nuestro imaginario colectivo como el padre de la bandera Argentina», inició.
Apuntó que «la primera contradicción que aparece es ¿por qué una bandera supuestamente nacional cuando en 1812 éramos colonia?». A partir de ahí «empiezan a surgir algunos problemas para entender a Belgrano, que finalmente se lo termina minimizando. Queda en segunda línea comparándose con San Martín o otros».
En contraposición a esas interpretaciones, ratificó que Belgrano «aportó no solo desde lo militar, sino también en el pensamiento económico y en la construcción de un proyecto político «
Tiempo después de la Revolución de Mayo, se le encomienda la misión de vigilar el Río Paraná para controlar la presencia de realistas. «Ahí es donde Belgrano entiende la necesidad de un distintivo. Lo que hace es aglutinar a todas las fuerzas a su mando bajo los colores celeste y blanco. Los toma de la escarapela. Belgrano, si bien era desobediente tampoco iba a tomar medidas alocadas. Pensó que no iba a caer mal porque la escarapela ya había sido aceptada. Entonces puso esos colores en una bandera y con eso marcaban presencia durante los enfrentamientos con el objetivo de alentar a su tropa que estaba desmoralizada». Así relató Espasande la implementación de la bandera Argentina.
Tras haber comentado que los colores celeste y blanco de la bandera creada el 27 de febrero de 1812 provienen de la escarapela, Espasande contó que «el sol fue diseñado por un artista nacido en Alto Perú, lo hoy sería Bolivia. El sol era un símbolo Inca».
En ese marco histórico «lo que hace durante esa campaña es plantear una y otra vez que es necesaria la instrucción militar casi tanto como la política. Se dedica a escribir y dar discursos, que no era frecuente en líderes militares. Iba avanzando y creaba escuelas».
En relación a algunas actitudes que tenía el prócer, la investigadora apuntó que «Belgrano comete dos desobediencias. Y menos mal que las cometió porque sino la historia hubiera sido otra. Cuando él crea la bandera se enteran en Buenos Aires, donde estaba al poder la burguesía comercial, y ordenan prohibir la insignia y lo condenan. En ese momento, Belgrano vuelve a Buenos Aires y guarda la bandera».
Posteriormente «cuando lo envían a cargo del ejercito del norte, en el conflicto con realistas provenientes de Perú, vuelve sobre la necesidad de tener un símbolo que aglutine y que represente los ideales por los que estaba peleando. Allí la vuelve a presentar».
La segunda desobediencia sucede tiempo después. «Cuando él realiza el éxodo jujeño, Buenos Aires le ordena que vuelva a Córdoba. Él no lo hace, se queda y da batalla en Tucumán. Gracias a eso, logra contener las fuerzas españolas y se conserva la región del norte», expresó.
«La cuestión de la bandera es un acto de desobediencia», concluyó.
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