El 4 de Abril de 2007, un efectivo de la policía provincial neuquina asesinó al militante docente Carlos Fuentealba. El hecho ocurrió en un operativo que buscaba impedir el corte de la ruta 22 dentro de una huelga de los trabajadores nucleados el sindicato ATEN. Días después, se realizó un escrache en contra del entonces gobernador de Neuquén Jorge Sobisch, quien dio la orden de reprimir dicha movilización.
Hoy se hizo efectiva la prisión para ocho militantes de Quebracho por los destrozos ocasionados contra un local del ex gobernador. Seis de ellos fueron condenados a 3 años. A Raúl “Boli” Lescano, un histórico referente de la agrupación, se le imputaron 3 años y 6 meses. Por último, se condenó a Fernando Esteche a cumplir 3 años y 8 meses de cárcel por “Autoría Ideológica”.
Horas antes de su detención, Esteche se comunicó con Punto de Partida y manifestó que estaba viviendo el momento “obviamente con ansiedad y angustia pero también con la fortaleza que nos da la convicción de nuestra propia política”.
En diálogo con Lucas Molinari, adelantó que “terminará consumándose esta infamia donde me han condenado a mí en un hecho en el que no participé” y que “al margen de haber o no participado, nos condenan a nosotros militantes populares por el vidrio roto de un local y Sobisch que se cobra la vida de un docente, sigue libre”.
A pesar de la condena, Esteche entendió que esto “aporta a desnudar la impunidad de la justicia” que depara “para nosotros penas pesadas” mientras “tipos como De la Rúa, Duhalde o el mismo Sobisch nunca pisaron una comisaria y tienen en su conciencia la muerte de tantos argentinos”.
En relación a los miembros del tribunal que elaboraron la condena, el referente de Quebracho caracterizó: “el juez Cordo se negó a juzgar genocidas, era el secretario del juzgado de familia de Lomas de Zamora, que era el principal dispositivo de legalización de robo de bebes en la dictadura. Larrambebere fue sancionado por la comisión interamericana de Derechos Humanos por los casos de desaparición de compañeros en el caso La Tablada. Y Pons, un tipo que se decidió a meter en casa a Norman Briski, a los gobernadores Bidegain y Obregón Cano acusándolos de subversivos”.
“Esos son los que nos han condenado”, disparó. A su vez, lamentó que “evidentemente hay persistencias reaccionarias de la derecha y sería bueno poder resolverlas y eso tiene que ver con decisiones políticas”.
Por último, agradeció la solidaridad que recibió por parte de referentes y agrupaciones políticas y sociales como “la 17 de Agosto, el movimiento Teresa Rodríguez, el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, Emilio Pérsico, Fernando `Chino´ Navarro y Milagro Sala”, entre otros.
“El arco amplio que llamamos movimiento popular está comprometido a acompañarnos” y “repudia la condena”, concluyó.
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