Alejandro Marmo, artista plástico autor de «El Coloso de Avellaneda«, habló en Punto de Partida sobre esta simbólica obra situada en la vera del Riachuelo, con un pie sobre el mismo.
En diálogo con Lucas Molinari y Omar Zanarini explicó porqué la escultura está ubicada a orillas del Riachuelo: «Me parece que plantar una escultura de ese tamaño en este espacio, donde es tan simbólico por distintas razones en la historia de los argentinos, sobre todo en el siglo XX, manifiesta dos generaciones. La primer generación, a la que estamos remitiéndonos, es aquella que intentó cruzar el riachuelo en 1945 enfrentándose, desde el pueblo, al poder. Y esta generación a la cual pertenezco y soy parte, que es la post 2001, aquellos que desde el espacio público manifestamos a través del arte una metáfora de la nueva integración, en el siglo XXI, del pueblo argentino frente a avasallamientos de poder».
El artista plástico mencionó que la cultura puede inferir en la política a través de los mensajes que transmite: «En mi caso simplemente, para instalar la política del arte como una herramienta de comunicación».
Al ser consultado sobre la relación entre el arte y los momentos históricos de los pueblos, Marmo afirmó: «me parece que desde el arte siempre el contexto político es importante. Creo que el peronismo nos ha dado muchos sucesos en este país, particularmente porque ha entendido la emoción del pueblo».
También reflexionó sobre la actualidad: «Creo que el contexto actual es tan importante como todo lo que ha sucedido. Estamos construyendo identidad y el arte afianza un mensaje siempre. Documenta lo que está sucediendo y se apoya en esa muleta, que son los sucesos históricos. Es imposible ser indiferente a tanta movilización».
Y dio su punto de vista respecto al rol del artista en la misma: «Creo que el arte, en ese sentido tiene dos caminos: o participar en la frivolidad de mantenerse al margen o pertenecer a un movimiento donde los trabajadores y el sector productivo se integran, a través del arte, a los sucesos históricos. Marcando iconos como cuando hicimos los murales de Evita, plantamos la nueva postal de la 9 de Julio».
Alejandro, autor de numerosas obras que contienen matices sociales, proyectó su continuidad dentro del mundo del arte: «yo creo que sigo con la incertidumbre que elegí en este proyecto de vida, que es el arte. Me parece que lo imposible siempre tiene que estar a la vista. Tengo proyectos imposibles que seguramente no haré nunca. Pero lo importante es que, a medida que voy avanzando hacia lo imposible, voy construyendo obras y van quedando reflejos y sucesos que están pasando en la realidad de los Argentinos. Prácticamente busco eso, acciones que tengan que ver con la comunidad. Y en lo individual, busco renovar la capacidad de asombro permanentemente, para no quedarme en la obra que hice sino en lo que va a venir».
Por último, destacó la colaboración del artista Daniel Santoro y los 20 trabajadores que participaron de la obra: «los trabajadores haciendo arte también es una forma de pensar el país (…) Si entendemos que en la Argentina podemos construir de forma colectiva y con participación creo que podemos llegar a ser un gran país. Desde el arte esa es mi visión, construir obras con ese mensaje», concluyó.
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