Clelia Luro en charla con Gabriel Fernández en La Señal, sobre la designación de Jorge Bergoglio como nuevo Papa, enfatizó: «después de ver la fumata negra, yo dije, no hay acuerdos, seguro sale Bergoglio porque en la elección anterior él había dicho que no. Es un bien para la Iglesia,tanto como lo fue Juan XXIII».
La esposa de Jerónimo Podestá -el cura que dejó todo por amor- y titular del Movimiento Helder Cámara, dijo «es argentino, es peronista, está comprometido con lo social, pone a trabajar curas en todas las villas y él mismo las visita y toma mate con sus habitantes. No olvidemos que él tenía la Pastoral Social en su Diócesis. Caminaba sólo por las calles de la Ciudad y utilizaba el transporte público. Creo que le va a costar el protocolo».
Consultada sobre la relación de Bergoglio con el Gobierno Nacional explicó que no sorprende que en reunión con Cristina Fernández se hablara de la causa Malvinas y de la Patria Grande: «es que él apoyaba la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, es un error considerarlo un opositor al Gobierno Nacional. Cuando se está en un cargo muy alto no se puede decir lo que se da la gana. Él estaba a disposición de una feligresía que acompañaba las medidas tomadas desde el Gobierno, lo que él no podía era hacer comentarios partidistas». Y agregó «El enfrentamiento con Néstor fue estéril porque los dos luchaban por la gente, o sea que no estaban tan lejos. Sigo pensando que ésa maniobra fue fogoneada por la prensa.»
Respecto de las acusaciones hacia Bergoglio de haber entregado a dos curas jesuitas, Clelia Luro declaró «siento verguenza por las cosas que dicen de él y que no son ciertas. Hay gente que lee Página/12 como quien lee la Biblia. Yo le decía a (Horacio) Verbitsky que él tiene tanto odio por la Iglesia como Lilita Carrió por el Gobierno, y que ninguno de los dos curas secuestrados responsabilizaron a Bergoglio por lo que pasó».
Por su parte Luro realzó la trayectoria del hoy Papa Francisco: «cuando salió la noticia que Bergoglio había participado de un almuerzo con empresarios, toda gente de derecha, yo le pregunté por qué lo había hecho. Él me comentó que quería preguntarles porqué se estaba fugando tanto dinero del país. Cuando hizo el Tedeum en Luján, el aclaró que no iba a haber lugares de privilegios y cuando llegó Macri y se tuvo que sentar entre el público se molestó mucho. Tal fue su enojo que cuando Bergoglio hizo una misa en Constitución para hablar sobre el tema de la trata, no le quisieron prestar el sonido, pero él lo hizo igual porque en esa zona es donde existe mayor cantidad de mujeres explotadas».
MP/GF/RG
