El Dr. Hugo Ruiz Díaz Balbuena, ex Ministro Asesor de Relaciones Internacionales de Fernando Lugo, dialogó con Omar Zanarini durante su visita al VI Encuentro de Economía y Derechos Humanos, organizado por el CEMOP.
Ruiz Díaz, definió al proceso de destitución de Fernando Lugo como un “Golpe Parlamentario” a la vez que señaló como artífice del mismo a la oligarquía que subordinada a los intereses extra regionales. El ex ministro reconoció que el proceso de desestabilización se inicia ni bien el Paraguay viró su estrategia de política internacional hacia la región, en tanto buscó profundizar los lazos del MERCOSUR y la UNASUR. Esto último determinó a la oligarquía en su actitud golpista ya que la llevaba a romper lazos con los Estados Unidos.
¿Cómo vivió el proceso de destitución del gobierno de Fernando Lugo?
En primer lugar, como todo proceso que es objeto de interrupción, es un elemento traumático. No en el sentido psicoanalítico, psicológico. Sino, político y social. Porque constituye por un lado la interrupción de un orden democrático, de una democracia que se iba gestando. De una democracia mucho más participativa, por primera vez en la historia después del gobierno de Rodríguez de Francia en el siglo diecinueve.
La salud fue gratuita, medicamentos gratuitos, atención médica gratuita; incluyendo los análisis y tratamientos gratuitos. Eso ningún gobierno lo había hecho. La educación fue gratuita y por primera vez en el siglo diecinueve los niños volvieron a tener un desayuno, un almuerzo, una merienda, leche, pan y otros beneficios sociales.
Y por primera vez en la historia en Paraguay con nuestro gobierno se dio una seguridad social de los más desprotegidos. Recibían una suerte de seguridad social las amas de casa y los campesinos.
¿Cómo la Asignación Universal por Hijo?
Exactamente. Y esto se dio por primera vez con el gobierno de Fernando Lugo. Y por otro lado se abría otro proceso de transición que podría haberse consolidado sino se hubiera interrumpido.
Es porque hay un factor del cual se habla poco y es que en el 2013 nosotros volvíamos a ganar por mayoría absoluta. Y eso podría implicar no solo para la oligarquía paraguaya; somos muy conscientes de que no es solo la oligarquía paraguaya. Ellos sabían que el a Paraguay era el eslabón más débil en la región. Decíamos, podría implicar la consolidación más regional del Mercosur y del ámbito más ampliado dela UNASUR, de todo el bloque subregional.
Entonces, el proceso de destitución fue muy bien montado por la derecha. No solo la derecha local, sino los sectores oligárquicos, las sociedades trasnacionales como MONSANTO, como RIO QUINTO que estuvieron en el golpe de Estado. Se habla muy poco de eso, pero esas empresas transnacionales estuvieron en el golpe de Estado (sic).
En nuestro país se rumoreo que incluso el Departamento de Estado Estuvo implicado…
Exactamente. Solamente que hoy en nuestros días teniendo en cuenta que la correlación de fuerzas a nivel hemisférico cambió. EEUU es consciente de que esa correlación tuvo una variación cualitativas con gobiernos democráticos, progresistas, de izquierda y que ya no es más la situación de décadas anteriores. De modo que los medios que se utilizan son mucho más sutiles.
Ya no se tratan de golpes de Estado tradicionales. Hoy en Paraguay se experimentó una nueva forma de Golpe de Estado que es el Golpe de Estado Parlamentario. Además de eso, EEUU tiene la mano metida.
Si el gobierno del presidente de los EEUU, Barack Obama, no reconoció abiertamente al gobierno defacto, al gobierno golpista paraguayo, es simplemente porque la correlación de fuerzas no lo permitió y hubiera sido absolutamente escandaloso e incluso eso podría haber llevado a una deslegitimación del mismo proceso golpista.
Hoy América Latina ha vivido procesos de avance popular. Algunos avanzan incluso con la vanguardia de la movilización popular, como el caso de Venezuela, como el caso de Ecuador o como el caso de Bolivia. En otros casos, como Honduras y el Paraguay, han visto fraguadas sus procesos democráticos y populares. Usted hace un momento hablaba sobre subregiones, sub-bloques dentro del propio continente. ¿Cómo definiría esos sub-bloques?
Hay que tener en cuenta que lo que pasa en Paraguay, es reflejo de lo que está pasando en América Latina. Acá se trata de aplicar una política, parafraseando a un tal Samuel Huntington, no solo de desestructuración del proceso de integración latinoamericana ¿no? y de neutralización del movimiento popular democrático en américa latina; sino la destrucción de ese proceso.
Ese proceso hoy – el de la integración – tiene una característica muy particular. Es de que por primera vez en la historia se da un espacio muy geográfico y geoestratégico mucho más ampliado de lo que históricamente podría haberse dado. La respuesta de los sectores conservadores de derecha, también se da a nivel de una articulación internacional, pero también a nivel de la constitución de sub-bloques que jueguen de contrapoder o de neutralización de este proceso de integración.
Me refiero en concreto, por ejemplo, a la Alianza del Pacífico. México, que ya no es américa latina por la conducta que tuvieron los gobiernos de Salinas de Gortari y otros, actualmente están absorbidos por el proceso del TLC (Tratado de Libre Comercio) pero que al mismo tiempo mantienen un nexo con américa latina, pero que en realidad está condicionada por su relación con los EEUU que por el desarrollo de una política integracionista.
Y la respuesta se llama Alianza del Pacifico: México, Colombia, Chile y Perú. Son un sub-bloque de contrapoder de conquista también territorial; pero más allá de los bloques territoriales está la lucha política hegemónica por otro modelo al cual se está gestando en el MERCOSUR, en el ALBA, enla CELAC o enla UNASUR.
Uno observa por ejemplo como en el Perú Ollanta Humala llega al poder con un amplio apoyo popular, en sintonía, si se quiere, con los procesos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Y al poco andar parece haber dado un giro. Uno entiende que la correlación de fuerzas hacia adentro del Perú no es favorable a un bloque popular. Ahora, en contraste con el Perú y al gobierno de Ollanta Humala, Juan Manuel Santo presidente de Colombia, se vuelca hacia la UNASUR con una política más de cara al eje Caracas-Buenos Aires. ¿Cómo se puede entender esta táctica de Colombia tomando en cuenta, y acordando, con el bloque del pacifico al que se refería?
Cuando uno habla de bloque, habla desde una generalidad. Hay que entender que hacia adentro de cada bloque existen particularidades. Tomemos el caso de Ollanta. Ollanta es muy similar con lo que sucedió con Lino Gutiérrez, en Ecuador. Él canaliza un gran descontento social, canaliza y capitaliza el fracaso de un modelo económico, político, de un modelo de democracia controlada, tutelada y apropiada por una oligarquía a partir de allí llega al gobierno, con esa masa popular con acumulación de lucha, pero incapacidad de realizar las transformaciones necesarias.
Es lógico que uno no pueda ir más allá de la correlación de fuerzas. Pero que la correlación de fuerzas sea favorable tampoco es un pretexto para abstenerse de hacer lo que uno tiene que hacer. Ese mismo problema tuvimos en Paraguay. Porque si nosotros hubiéramos tenido como parámetro la correlación de fuerzas existente, no hubiéramos hecho absolutamente nada. A pesar de ello, la política exterior del gobierno paraguayo, del presidente Fernando Lugo, estuvo mil porciento e infinitamente volcado al proceso de integración y de profundización del proceso. Y hoy estamos pagando la factura. Pero como decía, una correlación de fuerzas desfavorable nunca fue un pretexto para no avanzar.
Tampoco pudimos hacer todas las transformaciones democráticas. Porque en Paraguay de lo que se trata simplemente es de hacer transformaciones democráticas: la democratización de la tierra, la democratización de las asignaciones sociales; democratización de la salud; de la distribución de la riqueza; del pago de impuestos. Ustedes saben que en Paraguay la oligarquía no paga impuestos. Claro, por el impuesto a la renta personal, etc, y al mismo tiempo también se trata de consolidar un proceso en el que iban perdiendo terreno y solo podían contrarrestar con un golpe de Estado.
Antes de ir al caso de Colombia, ¿cómo influye el hecho de que el Paraguay se haya volcado hacia la integración latinoamericana en el golpe de Estado contra Lugo?
Claro, cual fue la diferencia de otros gobiernos. En este proceso, Paraguay estructuró una política democrática a partir de la inserción del Estado en el MERCOSUR. Eso implicaba un viraje de rumbo en la política exterior, de dejar de depender de las fuerzas externas, sino en las fuerzas internas regionales. Por eso, a pesar de haber tenido embates cotidianos desde la mañana hasta la noche por parte de los propietarios de los medios de comunicación hemos apostado al MERCOSUR. Desde que asumió Fernando Lugo, el lema de la oligarquía ha sido “fuera del MERCOSUR” y nosotros hemos sostenido contra viento y marea el proceso de integración.
Hemos sostenido y hemos desarrollado una política concreta a nivel del Banco del Sur, a nivel de la inserción real del pueblo, como Estado, como política de integración en el Consejo Sudamericano de Defensa, enla UNASURen general y en otras instancias. Además, nuestra política se caracterizó por solidarizarnos con esos procesos y esa fue la diferencia esencial con otros gobiernos. Creo que hemos tomado demasiado en serio la democracia y demasiado en serio la integración.
Y esos son los factores reales que explican el golpe de Estado, más allá que hayamos podido o no realizar las reformas democráticas que se imponían, y que evidentemente también hay que reconocerlo también, como autocrítica, no pudimos hacer o no nos permitieron hacer todo lo que deberíamos haber hecho. Porque realmente, sin menoscabar la correlación de fuerzas, el sector tradicional, oligárquico, golpista y antidemocrático continuo y sigue siendo extremadamente fuerte por su dependencia y subordinación a los intereses de los EEUU.
Y yendo al caso de Colombia…
Vale una pequeña anécdota. Cuando se da la asunción de Juan Manuel Santos, coincide con una cumbre de la UNASUR, y allí comentando con algunos cancilleres y asesores políticos de otros países de la región dijimos “Santos es la sorpresa”, porque uno se esperaba una profundización de la política uribista ¿no?
Sin embargo, es una grata sorpresa política por dos razones fundamentales. En primer lugar, mientras el gobierno de Uribe peleaba contra el proceso de integración, obstaculizaba de forma muy inteligente poniendo palos en la rueda, Santos destraba eso y de forma sorpresiva se inserta en el bloque regional. Eso no dejo de ser una sorpresa.
En segundo lugar, la otra gran sorpresa fue que distiende la relación con Venezuela. Y de forma que estos dos factores confluyen, es evidente que se da una variante en la política exterior de la política de Colombia. Doy simplemente este ejemplo: uno de los primeros países, en la cumbre de Rio de Janeiro, que se pronunció contra el golpe de Estado en Paraguay, fue Colombia. Yla Cancillercolombiana, María Ángela Holguín, fue una de las más duras en pronunciarse. Esa misma actitud con Uribe, no hubiese sido posible.
Este hecho ha sido sin dudas atípico, ya que históricamente Colombia ha jugado contrariamente a los intereses de los pueblos latinoamericanos. ¿a qué se puede atribuir éste viraje en las relaciones internacionales?
¿A qué se debe esto? Probablemente hay sectores empresariales dentro de Colombia que prefieren insertarse dentro de la región que seguir dependiendo de los EEUU, que era el proyecto original de Uribe. Y eso cambia la cosa, porque también toman conciencia que es en la región donde se va a fortalecer su propio capital y su propio beneficio. Es un poco el reflejo que paso en Brasil.
Hoy la clase empresarial brasileña, en su mayoría, salvo algunos sectores trasnacionalizados y subordinados apuestan a América Latina. Porque acá se da precisamente ese proceso de acumulación que va a posibilitar en lo económico y político constituirse como actor privilegiado en las relaciones internacionales. Colombia se ubica en eso y Santos probablemente se ubique en ese cambio cualitativo que se está dando y con la ruptura de una política de subordinación y sumisión absoluta del Estado colombiano con respecto a los intereses de grandes multinacionales. Y es allí donde vienen las grandes sorpresas.
Y esa sorpresa vuelve a transfigurarse en la propuesta de negociaciones de paz, que con Uribe eran absolutamente imposible. A tal punto que la ultra derecha colombiana hoy es el elemento focal de hostigamiento y desestabilización del gobierno de Santos. Y eso por lo menos es una grata sorpresa. Y eso coadyuva el proceso de integración regional. Probablemente también las negociaciones de paz a un marco democrático más profundizado, con movilizaciones populares que puedan realmente insertarse en ese proceso.
Grandes transformaciones se están llevando a cabo a lo largo del continente, transformaciones que tienen que ver con ampliación de derechos y gobiernos en donde las mayorías populares legitiman la integración regional. Como caracterizaría los procesos de la región.
Simplemente es un proceso de recuperación democrática. No estamos en grandes revoluciones, estamos incluso en un proceso en que los gobiernos están surgiendo de elecciones populares. Así como los gobiernos de Menem, de Nicanor Duartes Frutos, de Wasmosy, llámese el gringo Losada o Bucaram, también tuvieron su legitimidad democrática entre comillas. ¿Cuál es la diferencia?
Es que la recuperación democrática se da en un proceso de acumulación social y política que se perfila en la conjunción de una clase empresarial en américa latina, o por lo menos en un sector de ella, que ha tomado conciencia de que es capaz de independizarse y de que puede establecer un proyecto estratégico para la región. Y en un proyecto estratégico, que a diferencia de la oligarquía subordinada, un proyecto democrático con algunos caracteres revolucionarios para lo que es américa latina. Que incluye una amplia participación de los movimientos sociales que evidentemente es un flujo progresista.
Claro, hay matices. No es lo mismo Venezuela que Brasil, así como no es lo mismo Brasil que Argentina, Ecuador no es lo mismo que Bolivia etc. Lo cierto es que a nivel global, si miramos el mapamundi, y esto es lo interesante de América Latina, y el único lugar del planeta donde se está dando una lucha de contraposición paradigmática a nivel internacional es América Latina, con todos sus matices. Más adelantados, menos adelantados, procesos más profundizados o menos profundizados. Pero miremos el mapamundi y es el único lugar del mundo donde se está creando un germen paradigmático de civilización alternativo al modelo tradicional del capitalismo, el cual se encuentra en una profunda crisis. Y que hoy mismo los países desarrollados tienen que tragar la propia píldora que a nosotros nos hicieron tragar.
Es allí donde está el valor actual de este proceso de integración. Y es por ello también que quieren destruir este proceso antes de que se constituya en un proyecto estratégico con todos sus matices. En algunos casos habrán sido fruto de una movilización popular impresionante de reconquista, en otros casos simplemente acumulación diferenciada. Pero en el fondo lo que hoy vimos, no es solo fruto de la voluntad de la clase empresarial más lucida, sino que realmente fue la movilización del pueblo que también se internacionalizó.
Y no olvidemos este punto. El hecho de que se haya neutralizado el proyecto ALCA implicó la toma de conciencia de que se es capaz de forjar un proyecto político estratégico. Eso implica UNASUR. No es solo Chávez, no es solo Lula. Es el conjunto de los movimientos sociales que también coinciden en términos estratégicos con ciertos intereses.
Me acuerdo hablando con el ex ministro de relaciones exteriores del Brasil, Celso Amor in, y con algunos compañeros ellos nos decían “lo que a nosotros nos costó convencer a la clase empresarial de que el ALCA era su muerte, su aniquilamiento”, y que solo rechazando el ALCA nosotros podríamos insertarnos en un proceso de integración y en un proyecto estratégico. Ese es la matriz fundamental.
En términos políticos, eso implica que estamos ante un germen paradigmático. Un modelo que puede significar la recomposición de la correlación de fuerza en términos internacionales y eso preocupa al centro del poder.
OZ / GF / RG
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