Si algo caracteriza al gobierno nacional es su falta de amor por el rock. Sea por ignorancia o desinterés, rock y Pro no van de la mano. Esa diferencia de caminos se hizo inmensa el pasado 27 de agosto cuando el gobierno porteño, sin permino ni consulta, pintó la puerta de la casa de Luca Prodan, Alsina 451.
No pintaron sólo una puerta, la puerta de Lo de Luca – como se conoce al centro cultural que funciona allí – supo recibir miles de mensajes desde el fallecimiento de Prodan en diciembre de 1987. Mensajes de afecto hacia un ícono del rock argentino de los ochentas. Toda esa historia fue tapada con en par de pinceladas.
Desde 2011, en la última morada de Luca funciona el bar cultural que se volvió de culto para el público rockero. Regenteado por el músico Ariel Belont, Lo de Luca emitió un breve comunicado: «Hace unos minutos abrimos la puerta de la Casa y nos encontramos con dos chicos que trabajan para el Gobierno de la Ciudad que terminaban de pintar las puertas y paredes de entrada de la Casa. No tenemos ganas de causar polémicas y dividir a la gente con opiniones políticas, pero no está para nada bien que te pinten las puertas y las paredes de tu casa sin siquiera avisar o preguntar. Hacemos un gran esfuerzo y gracias a ustedes que vienen los fines de semana podemos mantener el lugar funcionando, y que de repente lleguen dos muchachos, empleados del gobierno de la Ciudad, y te borren treinta años de historia de gente que pasó y dejó algo escrito ahí. No merecen menos que un gran big fuck you».
No es la primera vez que el Gobierno Porteño y Luca Prodan se encuentran. Hace un año la legislatura porteña reconoció al ex líder de Sumo conuna placa en la plaza que lleva su nombre. La particularidad fue que la placa decía «Lucas Prodan». Ignorancia o insulto. La S fue eliminada después, quedando su marca en la placa a modo de recuerdo.
Vale mencionar que horas después que el gobierno porteño pintara la puerta, el artista Javier Quintana – reconocido por sus obras en los shows de La Renga – se acercó a Lo de Luca y plasmó en la puerta la cara del músico y un gran Sumo, acompañado por la frase Luca Perdura.
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