Horacio Ghillini, secretario de Relaciones Institucionales del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) y referente de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), conversó con Desde el Barrio acerca del pedido de Cristina Fernández de Kirchner de suspender la movilización opositora planteada para el 7 de agosto, y de otros aspectos de la situación política.
Ghillini detalló que «en la reunión presentamos un proyecto de reforma tributaria que venimos trabajando hace mucho tiempo. La idea es que le llegue a los equipos técnicos que manejan los aspectos programáticos a nivel nacional. Ese fue el nudo del encuentro, y en ese marco surgió el pedido de la compañera Cristina. Tras una evaluación de la crisis social y de cómo el gobierno maneja la represión y el marketing electoral, y teniendo en cuenta la cercanía de la fecha con la procesión de San Cayetano, ella veía conveniente que no realicemos una movilización que pudiera causar algún incidente. Como la marcha la estamos planeando y como pretendemos respetar el hecho religioso nos pareció prudente dejarla en suspenso«.
A continuación Ghillini indicó que «estamos charlando con la conducción de la CTA, y también estamos esperando que la conducción de la CGT convoque a un confederal. Vamos a buscar una fecha más conveniente y que unifique a todas las fuerzas sociales. Este modelo apunta fundamentalmente contra la clase trabajadora y genera desempleo para producir un chantaje social, y además la concentración financiera es enemiga de la cultura del trabajo. En este marco no entendemos que la CGT no retome el plan de lucha que veníamos haciendo desde el último paro. Hay una toma de conciencia en los trabajadores, una unidad en la acción que se demostró en las marchas y paros. Lo que falta es que la dirigencia esté a la altura de las circunstancias».
Finalmente Ghillini evaluó para el futuro que «en el terreno electoral creo que podemos capitalizar el clamor popular no solo por la amenaza a los puestos de trabajo, sino también por el tarifazo y sus repercusiones entre la clase media, entre las pequeñas y mediana empresas. Se puede leer el pedido de otro rumbo a partir de octubre, pero también hay que tener en cuenta que son elecciones legislativas, que eso significa un tiempo político que a veces es muy lento para la crisis social. En ese sentido lo que tenemos que hacer es unificar al campo nacional. La tarea no se limita a los votos, sino que tiene que ver con cómo juntamos al empresariado nacional, al movimiento obrero y a las organizaciones sociales. En suma a los sectores que presionan en la política».
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