Carlos Minucci, secretario general de la Asociación del Personal Superior de Energía, explicó en Desde el barrio las consecuencias de la política energética del gobierno de Mauricio Macri.
Sobre la situación general Minucci explicó que «en estos momentos no hay cortes de luz porque hay una baja demanda de consumo, producto de los cierres de fábricas y comercios. Los cortes que hubo en año nuevo fueron por problemas de distribución, por fallas menores, o sea que prácticamente el sistema estuvo trabajando sin llegar a picos como el del año pasado, en el que se trabajaba a un promedio de 330 amperios de intensidad de corriente eléctrica, casi al límite. Este año se está trabajando en un promedio de 300 a 307 amperios, lo cual es evidencia de una baja importante del consumo. La cuestión de la tarifa no es un problema de las empresas privadas, sino de la política del Gobierno que hace transferencia de ingresos bajando subsidios y subiendo tarifas. Presentan una recesión y baja de consumo como un logro político».
Luego, explicó la situación gremial del sector: «Nosotros estamos con las paritarias cerradas. Tendríamos que haberlas discutido el 31 de octubre. Luz y Fuerza consiguió un acuerdo económico que no compartimos porque no compensa las pérdidas del salario por la inflación a lo largo del año pasado. Hay pocos despidos pero no se remplaza a los que se jubilan, lo cual es una especie de despido encubierto. Además no hay interés de parte de las empresas en formar nuevos cuadros técnicos. Estamos a la expectativa de ver si EDESUR y EDENOR cumplen el plan de inversión que anunciaron para este año».
Finalmente Minucci se refirió a la posibilidad de que haya conflictos sindicales en torno al salario: «El 12 de enero tenemos una asamblea para analizar la propuesta de la empresa. Si no estamos de acuerdo vamos a ver qué medidas tomamos. Tenemos en cuenta que ellas recibieron un 380% de aumento de tarifas, más el 35-40% que van a aplicar a partir de febrero y a nosotros nos van a dar un 11% de aumento salarial, se va a estar desviando otra vez el eje. Si los aumentos de ingresos no van a obras y sueldos, ¿a dónde está yendo? Además habrá que tener en cuenta los planes de materiales, de obras, etcétera. Obras dicen que hay, pero no plata para salarios. En este panorama, si la conducción de la CGT no reacciona va a perder representatividad para manejar el conflicto social».
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