
Daniel Arroyo, coordinador del área de desarrollo social del Frente Renovador-UNA conversó con el equipo de Terapia de grupo acerca de la coyuntura política argentina y del papel en la misma de la fuerza política a la que pertenece.
Como análisis general Arroyo opinó que «está claro que la situación social empeoró. Se espiraló la inflación, que si bien era alta al final del gobierno kirchnerista, con el ajuste y la devaluación pasó el 40%. En particular subió mucho el precio de los alimentos. Se paró la construcción, que da mucho trabajo formal e informal, y se frenó en general la actividad económica. Y producto de la falta de dinero aumentó la gente que asiste a comedores comunitarios, bajó el consumo de carne y leche, y aumentó el consumo de harinas. También aumentó el endeudamiento, que alguna vez vamos a tener que pagar los argentinos. Creo que la gran grieta Argentina es social, más allá de la política. Hay grandes porcentajes de pobreza entre los jóvenes y si esto no cambia el futuro se presenta peor».
Sobre el papel del Frente Renovador Arroyo explicó que «busca ser una oposición razonable. Es decir, darle las herramientas al gobierno para que pueda ejercer su mandato, por ejemplo el presupuesto que hemos votado favorablemente, pero al mismo tiempo ser muy críticos, sobre todo en materia social y económica. No solo empeoró la situación general, sino que el gobierno está mal orientado, cree en el derrame, en la lluvia de inversiones que va a repercutir en el empleo, y esa es una idea absurda. Porque en el mejor de los casos van a ser para soja, minería, para el sector financiero, y el trabajo no esta ahí. Nosotros apoyamos las iniciativas de los movimientos sociales acerca de declarar la emergencia económica y alimentaria».
Arroyo también afirmó que «no comparto el concepto de pesada herencia. Creo que el gobierno recibió una situación crítica pero mejor que la que recibieron otras administraciones, y sus políticas la empeoraron», diferenció a Massa de Macri al afirmar que «el Frente Renovador no es neoliberal. Es desarrollista si se quiere, pero no cree que el mercado por sí solo va a acomodar al resto del país», y en el mismo sentido afirmó que «si no hay cambios se verá a un Sergio Massa cada vez más crítico».
Agregó que «la información sobre la corrupción kirchnerista es sesgada. Considero que en general fue una buena etapa con muchos errores en los últimos cuatro años. Creo que al cumplirse un año de gobierno va a cambiar el foco por presión de los ciudadanos, que van a pedir que el gobierno muestre resultados en vez de vivir de ilusiones». Sobre las perspectivas de diálogo en pos del Frente Ciudadano que propone Cristina Fernández de Kirchner «estamos dispuestos a dialogar, pero el kirchnerismo tiene que abrirse a quienes no son incondicionales a su proyecto».
Finalmente, Arroyo anunció que probablemente sea candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, en las eleciones legislativas de 2017 a las que consideró como «muy importantes para hacer algunas proyecciones rumbo a 2019, pero no creo que sean por sí solas determinantes de la próxima presidencia. El Frente Renovador debe ser lo más amplio posible para ganar y plantear nuestras diferencias respecto al PRO en materia de ajuste por ejemplo. Hoy crep que en 2017 habrá un voto disperso y en 2019 habrá una nueva concentración del campo nacional y popular o panperonista, como se lo quiera llamar. Pero realmente falta mucho camino por andar, y pueden pasar muchas cosas antes del cambio de presidente».
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