Ernesto Trigo, Secretario General del Sindicato de la Manufactura del Cuero (SAMC), dialogó con Punto de Partida acerca de la actualidad del sector y de cómo se para su gremio en la presente coyuntura político-económica.
«Estamos en una etapa sumamente complicada. Pertenecemos a un sector en el que muchos productos puede importarse, y ahora con más facilidad. Por ejemplo, se importan pelotas de fútbol de Pakistán, y eso afecta mucho al principal centro de producción del país, que es Bell Ville, en Córdoba. Las fábricas están siendo devastadas, aunque por el momento no se produjeron despidos. Lo que nos afecta es la caída del consumo, entre alimentos y productos de cuero obviamente la gente prioriza lo primero. En cuanto a los sueldos, nosotros por el momento estamos bien, pero todos los días se retrasan con respecto a la inflación. Fuimos uno de los gremios que más aumento porcentual consiguió, pero no llegamos a un nivel que nos permitiera disctuir el impuesto a las ganancias. La media salarial es de 13.000 pesos».
Sobre la situación heredada del kirchnerismo Trigo explicó: «Las medidas de protección a la industria nos ayudaron mucho, creció mucho el sector. Había cuestiones que criticábamos, pero entendemos que fue parte de un proceso con avances a lo largo de doce años. En la profundización que pedíamos nos parecía importante la cuestión del comercio exterior. Yo conversé y discutí mucho con [Guillermo] Moreno, que trabajó mucho por el sector, pero no se decidió a respaldarnos cuando se le planteó que la industria argentina estaba en condiciones de ser la proveedora del fútbol nacional».
Por último, Trigo ofreció su mirada sobre el momento que atraviesa el movimiento obrero: «Que la CGT se limite a pedir bonos me parece muy triste. Un montón de gremios cerraron las paritarias al 20% cuando la inflación ya pasó el 40%. Me extraña que no haya posturas más rígidas. No hay solución si el movimiento obrero no toma conciencia y se une para poder frenar el ajuste. A pesar de todo esto, y de que este gobierno de CEOs no va a dar el brazo a torcer, confío en la historia del movimiento argentino. Hemos estado en situaciones peores y no queda otra que ser optimista. Como mínimo si pretenden llevarnos por delante, no va a ser fácil».
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