Santiago Menconi, trabajador de la Línea 60 de colectivos, conversó en Punto de partida sobre el lanzamiento de su libro «Sesentazo. Crónicas de un lock out», en el que repasó la huelga y el conflicto que mantuvieron, junto a sus compañeros, con la empresa DOTA en 2015.
«El libro se puede conseguir en las cabeceras de la línea y en los locales de la cooperativa gráfica El Zócalo, en Santiago del Estero y Humberto I, enfrente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También tienen otro local en Río de Janeiro 680, Parque Centenario. En sus páginas recupera los hechos, la lucha por la fuente de trabajo y también las vivencias de las familias. Por ejemplo, se logró armar una comisión de mujeres que se pusieron a la cabeza como organizadoras. Gracias a ellas se pudieron desarrollar bien las comisiones y armar un buen fondo de huelga. Están los testimonios de algunas compañeras.»
Menconi recordó varios momentos de la lucha, como la relación que se mantuvo con el Gobierno nacional en ese entonces. «Tuvimos treinta y cinco días en los que no nos atendió ningún Ministerio. Marchamos al Ministerio de Interior y Trasnsporte y [Florencio] Randazzo no nos atendió. Aníbal Fernández dijo que lo nuestro era un problema de directorio, y tampoco nos atendió el Ministerio de Trabajo. No patearon hasta que se produjo la represión en Panamericana y recién ahí se abrió una mesa de diálogo», dijo.
Asimismo explicó los mecanismos de lucha se utilizaron, como por ejemplo circular sin cobrar boletos: «Fue una medida que nos cambió mucho las perspectivas. En todas las huelgas parábamos la línea y nos poníamos al usuario en contra. Buscamos una forma de solidarizarnos con los pasajeros y al mismo tiempo denunciar el uso parasitario que la empresa hace del subsidio. Fijate la repercusión que tuvo que la Cámara de Empresarios de Transporte salió a denunciar que poníamos en riesgo todo el sistema. Además hay que tener en cuenta que DOTA es un oligopolio. Tiene, a través de sus testaferros, alrededor de sesenta líneas de colectivos. Son cinco grupos asociados que tienen los colectivos, la empresa que fabrica los colectivos, la carrocera, etcétera. No es poca cosa enfrentarse a ellos».
Por último Menconi se refirió a la situación actual de los trabajadores de la Línea 60, teniendo en cuenta también el nuevo contexto nacional: «Seguimos con reclamos permanentes porque DOTA es una empresa que desconoce el convenio colectivo de trabajo, sigue aplicando suspensiones arbitrarias, persigue compañeros, a los delegados dejó de pagarles el sueldo por casi un año y recién ahora están poniéndose al día con ellos. Además a un nivel general, si bien ganamos un buen sueldo no estamos llegando a fin de mes. Estamos buscando una reapertura de paritarias porque con los tarifazos están destruyendo el poder adquisitivo. La tarea pendiente es reunificar al movimiento obrero para darnos un programa y salir a la calle. La unificación de la CGT es buena, pero hay conducciones que están frenando la iniciativa de algunos sectores de trabajadores, que me parece deberíamos organizarnos independientemente y salir si los dirigentes no responden a lo que piden las bases».
EC/GF/RG
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