Rubén Dri, filósofo, teólogo, profesor e investigador en la Facultad de Ciencias, en diálogo con Gabriel Fernández, reflexionó sobre la actualidad política que atraviesa la sociedad argentina «en este momento la conciencia popular, sufre un desconcierto. Cuando se recibe un mazazo, cuesta reaccionar, pero ya estamos viendo indicios de reacción en distintos sectores. Están sintiendo realmente lo que es este proyecto, un proyecto de muerte».
Durante el programa Patria Grande, expresó: “naturalmente tengo la esperanza de que esto termine en una gran reacción popular. Por nuestra historia esto debe ser así. La lectura de nuestro pueblo, es que cuando reacciona, se lleva todo por delante, por eso es importante que los medios populares, vayan clarificando los problemas y animando al pueblo, dándole ánimos para seguir”.
El filósofo, también habló acerca de los movimientos populares y su incidencia en el proceso de liberación “mi visión es profundamente movimientista, porque es la verdadera fuerza que puede llevar adelante un verdadero proceso de liberación. El movimiento está constituido por millones de sujetos, por eso también es contradictorio y uno de los instrumentos que posee, es el Partido Justicialista. Siempre hay que ver como se utiliza, ya que hay momentos necesarios y otros que no. Si ese instrumento no está animado por la verdadera vida del movimiento, es una cáscara vacía y puede ser utilizado por la derecha. La verdadera fuerza se tiene que dar desde adentro”.
El autor de Dialéctica de la Conciencia a la Autoconciencia, hizo alusión al dualismo entre el Kirchnerismo y el Peronismo, aclarando que “esa contradicción que existe en la dialéctica no es determinista, llega momentos en que se traba. Los momentos dialécticos son contradictorios y muchas veces no llegan a la superación. Si lo llevamos al nivel particular popular, se termina llegando a la conciencia desgraciada, cuando esa particularidad no logra superarse. Creo que hoy se nos plantea una superación”.
Por último habló acerca del rumbo político argentino, “los movimientos históricos no están determinados, siempre pueden tomar distintas direcciones, pero eso ya depende de la voluntad humana, no de la particular sino del colectivo. Yo creo que el 2001 está más cerca de lo que se piensa. No creo que la clase trabajadora, con toda la conciencia que tiene, aguante cuatro años más de este infierno. Por supuesto no estamos hablando de un golpe de estado, sino de un movimiento popular que le puede poner un freno al gobierno”.
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