Jaulas con naturaleza encerrada, un mural inalcanzable repleto de hojas verdes, dos personajes atrapados en un bosque perdido en el tiempo y el espacio. Una realidad ampliada, una realidad que se aleja cada vez más de lo sensible para adentrarse en lo virtual. Un mundo esquizofrénico, un lugar en el que nada es lo que parece. Todo eso es Le Grand Tour, la obra que se está dando los sábados a las 22 en La Manzana de Las Luces. El autor y director, Ariel Monteleone, estuvo en Abramos La Boca y aseguró que lo que está llevando adelante es “una obra de la globalización”.
“Lo que quiero trabajar es el tema de la globalización del no lugar. Los personajes están en un espacio virtual donde está doblada la naturaleza. Está todo dado vuelta. Por eso la naturaleza y lo verde permanecen atrapados en una jaula. Incluso, hay un monolito verde al que es casi imposible llegar o acceder”, expresó Monteleone. Y agregó: “Actualmente estamos cada vez más del lado de la pantalla, del otro lado. Estamos en una segunda realidad o, como dice Google, en una realidad ampliada. Con lo cual ya no se puede establecer qué es lo real”.
A pesar que con el transcurso del tiempo los avances tecnológicos profundizan la desterritorialización y la falta de comunicación, Le Grand Tour busca despertar la conciencia mediante una estructura absurda que es semejante a la que utilizó Samuel Beckett en Esperando a Godot. “Todo esta balanceado. No es que prima la actuación o la música, sino que se armó toda una escenografía, todo un trabajo en conjunto con una música medio psicodélica”, aseguró el director.
En lo que respecta al objetivo propuesto por la obra, Ariel Monteleone manifestó que apunta a insertar la duda y gestar una problemática. “Lo que nos propusimos fue cómo generar reflexión y emoción al mismo tiempo de manera tal que no quede en una cosa meramente intelectual, sino que divierta y emocione. Es entonces que encontré la estructura de Clown, de los dos payasos que se pegan, el payaso tonto y el inteligente. Creo que es ahí donde funciona la obra y baja a tierra, donde la gente se puede conectar con lo que todavía es humano”.
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