Ramón Acuña, delegado de los trabajadores de la empresa Mecca Castelar, ubicada en esa zona del oeste bonaerense habló en Punto de Partida sobre la denuncia del cuerpo de delegados de la empresa -perteneciente a la Unión Obrera Metalúrgica Seccional Morón al reciente comprador de la fábrica, el grupo Taranto, por despidos, suspensiones e incumplimientos en el pago de salarios.
«Empezamos a tener una crisis a partir de los problemas económicos que hubo en el 2008. Los costos de esta crisis los tuvimos que pagar los trabajadores. Hubo toda una serie de problemas que desembocan en la crisis terminal que tenemos ahora», afirmó Acuña.
«Hace cinco meses aparece como una ‘salvación’, la irrupción de un grupo autopartista local muy grande, Taranto, que se mostró interesado en comprar la fábrica», señaló Acuña y agregó luego que, una vez que el grupo asumió la administración de la fábrica con una opción de compra del total de las acciones, «transformó la fábrica en un control policíaco», denunció el delegado.
«La semana pasada el grupo informa su decisión de no ejercer la opción de compra», informó Acuña.
«Nosotros especulamos que el objetivo de esta maniobra es quebrar la fábrica, echar a su Comisión Interna, a los trabajadores que tienen un sueldo un poco más alto, guardar la fábrica, la infraestructura y los negocios para dentro de tres o cuatro meses y reabrir la fábrica con personal más precarizado, más flexibilizado y con mucho menos salario», manifestó Acuña.
A la vez Acuña comentó sobre la movilización al Ministerio de Trabajo y el petitorio que entregaron.
Por último el delegado comentó la respuesta del Ministerio.
Producción: Irene Hoffman y Juan Domingo Placánica.